Patricia Racamato, ingeniera en recursos naturales y madre de tres, es la creadora de Victoria Lingerie, una marca que no solo ofrece productos de lencería, sino que también promueve un mensaje profundo de amor propio y autoestima. Desde su carrera como ingeniera en la industria petrolera hasta su transformación en empresaria del mundo de la moda, Patricia recorre un camino que, aunque inesperado, fue decisivo en su vida personal y profesional.
Con un recorrido profesional que comenzó en el sector petrolero, nunca imaginó que un cambio de vida radical la llevaría a ser la dueña de una tienda de lencería y en San Juan. Sin embargo, tras mudarse con su familia a Perito Moreno, una pequeña localidad en la provincia de Santa Cruz, comenzó un nuevo capítulo que la llevaría a crear Victoria Lingerie: una empresa que no solo vende productos, sino que inspira a las mujeres a redescubrir su confianza personal a través de la ropa interior.
El camino inesperado: de ingeniera a empresaria
El proceso de reconversión de Patricia comenzó en 2016, cuando decidió mudarse a Perito Moreno y se vio obligada a replantearse su futuro laboral. Sin trabajo, en su campo profesional, decidió seguir una idea que surgió casi por azar: abrir una tienda de lencería en un pueblo donde la oferta de este tipo de productos era limitada. Lo que comenzó con una inversión mínima, apenas 4.000 pesos, dos banquitos y una madera, fue el punto de partida de un negocio que, con esfuerzo y dedicación, se fue consolidando rápidamente.
Patricia Racamato es emprendedora y se puso al frente de una lencería para todos los talles.jpg
“Lo primero que aprendí fue que el talle 100 existía”, recuerda Patricia entre risas. Venía de un entorno profesional machista, y la venta de lencería era un mundo completamente nuevo para ella, algo muy alejado de sus estudios en ingeniería. Sin embargo, a través de las redes sociales y, especialmente, mediante Facebook e Instagram, comenzó a dar a conocer su tienda, descubriendo un mercado mucho más grande de lo que había anticipado.
Transformando la lencería en un acto de empoderamiento
A medida que su emprendimiento crecía, Patricia se dio cuenta de que no solo vendía ropa interior, sino que estaba ofreciendo algo mucho más valioso: la posibilidad de que cada mujer se sintiera bien consigo misma. La lencería no es solo una prenda íntima; para muchas, es un acto de amor propio. Y fue precisamente este mensaje el que comenzó a convertirse en la base de su marca.
“Desde un principio, mi objetivo fue ofrecer productos que no solo fueran cómodos, sino que también ayudaran a las mujeres a sentirse seguras de su cuerpo, sin importar su talla ni su forma. Que ayudaran a que se sientan cómodas sin importar talle o edad”, explica.
A lo largo de estos años, ha logrado una conexión profunda con su comunidad, sobre todo a través de sus redes sociales, donde comparte no solo sus productos, sino también mensajes de aceptación y amor propio. En cada publicación, en cada comentario, en cada historia, el mensaje es claro: todas las mujeres merecen sentirse hermosas tal como son.
Rompiendo estereotipos: belleza real y diversidad de cuerpos
Uno de los aspectos más destacados del local es su enfoque inclusivo. En un mundo donde la belleza hegemónica y los estándares físicos a menudo limitan las opciones, Patricia ha logrado posicionar su marca como un refugio para todos los cuerpos, sin importar sus características. Ella misma, a sus 45 años y con una vida marcada por experiencias y aprendizajes, es el rostro de su propia marca.
"Me gusta mostrarme tal como soy, con mis marcas, mis cicatrices, mis estrías. Porque sé que hay muchas mujeres que se sienten identificadas al verme. Creo que es fundamental que las mujeres vean representados todos los cuerpos, no solo los que corresponden a los estándares tradicionales de belleza", comenta.
Este enfoque inclusivo ha sido clave para su éxito, y no solo ha servido para motivar a las mujeres, sino también para abrir un espacio donde el respeto y la aceptación son el eje central. Al ver que sus clientes se sienten representadas, Patricia sabe que está cumpliendo con su misión: demostrarles que todas son hermosas tal como son.
Las redes sociales, un canal para conectar y luchar contra la crítica
Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil. Patricia también enfrenta, como muchas figuras públicas en redes sociales, críticas y comentarios crueles sobre su cuerpo. A pesar de ello, ella ha aprendido a ignorar esos comentarios negativos y a enfocarse en los mensajes positivos. Para ella, el amor propio es un proceso diario, y las críticas no pueden socavar el trabajo que ha hecho para crear una comunidad inclusiva y empática.
Patricia sigue adelante con la firme convicción de que su trabajo está cambiando vidas. Sus redes sociales, donde comparte consejos sobre autoestima y bienestar, se han convertido en un lugar donde las mujeres pueden encontrar apoyo y sentirse acompañadas en su propio proceso de transformación.
Además de su crecimiento profesional, experimentó una profunda transformación personal. Desde que comenzó con su emprendimiento, no solo ha aprendido sobre el negocio, sino también sobre sí misma. A través de la experiencia, ha descubierto la importancia de la aceptación y la confianza.
“La evolución personal nunca termina, y creo que es una de las cosas más valiosas que he aprendido. Desde el comienzo de mi negocio, he cambiado mucho. Aprendí a verme con otros ojos, a aceptar lo que soy, y eso es lo que trato de transmitir a todas las mujeres que nos siguen”, concluye.