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SUSCRIBITEEste fin de semana, un grupo de más de 20 personas, conformado por andinistas de la Asociación Ciudad Andina y el Club Andino Cerro Mercedario, más amigos y privados que colaboraron con la causa, dejaron casi a punto el Refugio Laguna Blanca.
Este fin de semana, un grupo de más de 20 personas, conformado por andinistas de la Asociación Ciudad Andina y el Club Andino Cerro Mercedario, amigos y algunos privados, viajaron hacia el Refugio Laguna Blanca y lo dejaron casi a punto para el comienzo de la próxima temporada. El lugar está ubicado en el kilómetro 56 de la Ruta 402, en Calingasta, y es fundamental para realizar recorridos como el ascenso al Cerro Mercedario y el trekk al Arroyo Turquesa.
"A puro pulmón", así sintetiza la experiencia Jorge Riveros, presidente de la Asociación Ciudad Andina. Es que están refaccionando por completo este refugio con el objetivo de que, quienes deseen hacer alguno de los trayectos anteriormente mencionados, puedan tener un lugar seguro y con todas las comodidades para llegar.
Durante este viaje, que ya es el segundo que realiza el grupo y que se desarrolló desde el viernes hasta el domingo 23 de febrero, lograron colocar la membrana en los techos, poner el cerámico en las habitaciones, poner en funcionamiento el tanque de agua, la red de agua, instalar la cocina a gas y, finalmente, montar el baño. Cabe destacar que habrá disponibilidad de agua potable en las afueras de la casa, destinada a aquellos que no solicitaron acceso al refugio.
Cabe recordar que el grupo ya realizó un viaje anterior, en el que pudieron realizar la limpieza total del refugio, pintura, colocación de chapa a todo el techo y cerrado de un espacio que usan como depósito. Para terminarlo completamente, harán otro viaje a fines de marzo o principios de abril, en donde terminarán de poner el mobiliario y de cerrar todo el lugar.
El refugio estará disponible para su uso recién en la próxima temporada, es decir, a partir de diciembre. Riveros explicó que quienes deseen acceder a este beneficio deberán solicitar permiso con anticipación y abonar un canon, que servirá para cubrir los costos de mantenimiento de las instalaciones. Además, las entidades encargadas crearán un manual de uso con el fin de garantizar el cuidado adecuado de lo realizado.