Tal como las hormigas, un grupo de sanjuaninos trabajan de modo mancomunado para el desarrollo de su comunidad, con la mirada clavada en el suelo y buscando semillas. De ese modo, comenzó en las últimas semanas la recolección de vainas de algarrobo para la producción de harina, una tarea que desarrolla el personal de la Secretaría de Ambiente de la provincia en conjunto con vecinos de localidades que viven en zonas cercanas a bosques nativos, en los que estos árboles se reproducen de modo natural. El programa, que tiene el objetivo de promover el cuidado de los bosques autóctonos y lograr que sean sustentables evitando la tala, se extendió esta temporada para llegar a dos nuevas localidades, que se suman a las otras tres en las que ya desarrollaba la tarea.
“Para buscar la sustentabilidad del bosque evitando la deforestación, realizamos actividades que nos permiten acceder a sus beneficios, como el cultivo de miel, la producción de harina o la práctica de la ganadería integrada al bosque. De ese modo ayudamos a las comunidades que están inmersas en él”, comentó a Tiempo de San Juan sobre la tarea, Gustavo Mercado, director de Bosques de la provincia.
Por estos días, el equipo trabaja en la recolección de vainas con la comunidad de La Ciénaga, en Jáchal. Lo que hace Ambiente es acercarse al lugar y realizar el trabajo junto a los vecinos. El funcionario detalló que, “nosotros ponemos las movilidades; el material, como las bolsas, rastrillos, guantes y demás; y realizamos con ellos la recolección. Luego la comunidad hace un lavado de esas vainas con cloro y las deja secar. Después llegamos de nuevo para trabajar en la molienda. Llevamos el molino y producimos la harina”.
La harina de algarroba tiene importantes beneficios. Es rica en fibra, vitaminas y minerales. Además, es antioxidante y antiinflamatoria y ayuda a regular el tránsito intestinal y a reducir los niveles de glucosa en sangre. Fortalece el sistema inmune y es apta para personas que padecen celiquía.
De ese modo, una vez que se obtiene la harina, se envasa y la gente elige si la comercializa directamente o la utiliza para elaborar productos y después venderlos. Ambas alternativas son posibles debido a que el proceso se desarrolla teniendo en cuenta todas las normas correspondientes. Por otra parte, la harina de algarroba es muy beneficiosa, debido a su al alto valor energético y porque, si se produce con los cuidados necesarios, puede ser consumida por personas que tienen celiaquía.
La tarea de recolección y la producción
La tarea de recolección de las semillas del algarrobo y producción de la harina se desarrollan una vez al año, porque el fruto se da entre finales de diciembre y principios de marzo. “De todos modos, el trabajo depende de ciertos factores, porque no en todos los lugares los algarrobos han dado su fruto. Influyen las cuestiones climáticas, la disponibilidad de agua y el viento, entre otras cuestiones. Por eso, vamos haciendo estudios en los distintos bosques para saber a dónde podemos ir en cada temporada”, explicó Mercado.
Y agregó: “De ese modo, siempre vamos analizando qué comunidades se pueden ir incorporando y, al mismo tiempo, vamos copiando las acciones que van saliendo bien en las distintas comunidades en las que ya estamos trabajando. Porque esta es una práctica ancestral, que se hacía con mortero, con otro tipo de elementos. Obviamente, era un proceso muy lento y nosotros vamos readaptándolo para agilizarlo a través del uso de nuevas herramientas, como el molino, y con la cosecha realizada por un grupo importante de personas”.
Sobre el molino, el funcionario indicó que se va trasladando de un sitio a otro porque su uso sólo demanda unas horas de trabajo. “Por ejemplo, nosotros la semana pasada hicimos la recolección de vainas, esta semana se hace el lavado y la semana que viene ya hacemos la molienda. Es decir, todo el proceso desde la recolección hasta la molienda lleva unos 20 días”, detalló.
En cuanto al rendimiento, depende de la cantidad de vainas que den los árboles. Pero, en general, de 50 kilos recolectados, la comunidad puede obtener más o menos una producción de entre 35 y 40 kilos de harina. Eso, luego, se separa en bolsitas de 250 gramos. De ese modo, se logran más o menos 100 bolsas que van a tener para poder comercializar o utilizar.
“Eso es una recolección, si podemos hacer alguna más dentro del periodo, obviamente se va sumando la cantidad”, sostuvo Mercado. Y agregó que, “en La Ciénaga, en particular, se suma la miel, con la que los vecinos vienen trabajando hace un par de años. El año pasado tuvimos ahí una excelente cosecha de miel. Entonces, son dos productos que forman parte de nuestras actividades sustentables en beneficio de esa comunidad”.
Un programa que crece
El programa que promueve la Dirección de Bosques comenzó en la comunidad Talquenca, en 25 de Mayo, en 2021. En ese momento, la Secretaría de Ambiente aportó el molino y otros elementos a través de la Ley de Bosques, para que los vecinos de la zona comenzaran a trabajar. Ellos fueron desarrollando el proyecto que creció y continúa en la actualidad.
Después se sumaron otras dos comunidades, que iniciaron la tarea del mismo modo, se trata de la de Bermejo, en Caucete; y la comunidad de la Escuela Agrotécnica, de Valle Fértil.
“Ahora con la comunidad de La Ciénaga estamos iniciando la elaboración y lo que buscamos es que ellos la internalicen para puedan seguir avanzando después. Sumado a eso, estamos trabajando para incorporar, en Sarmiento, a la comunidad de La Cienaguita”, aseguró Mercado sobre el futuro del proyecto.
