Era un día complicado. El Sol del verano sanjuanino calentaba los surcos con toda su furia. Mientras, los trabajadores iban y venían por las hileras repasando los parrales que ya habían cosechado, para terminar la tarea y cargar al camión los últimos racimos que pronto se convertirían en vino. En la finca de 25 de Mayo los rostros mostraban un único gesto, el del cansancio. José Chacón miró a los integrantes de su cuadrilla con la sonrisa amigable que lo caracteriza y caminó hacia la cabina de la camioneta. De allí sacó su mejor arma: la guitarra. Se paró arriba de un bordo y empezó a ensayar una tonada. La melodía se apoderó del lugar y su público lo miró sorprendido. Algunos, incluso lanzaron gritos para celebrar el canto. El ánimo cambió por completo. Así nació la idea que se volvió un bálsamo y se terminó transformando en una sana costumbre del grupo.
José es un veinticinqueño de 42 años, cuyo video cantando en medio de la cosecha de la vid, se hizo viral esta semana. “Me filmó mi sobrino y lo subió a Facebook. Se salió de control”, dice entre risas al referirse ahora a lo sucedido y contar los entretelones de la historia a Tiempo de San Juan.
Trabajó desde pequeño en la cosecha y siempre fue hábil para hacer amigos. Entonces, en el inicio de cada temporada iba invitando gente y pronto conseguía a una gran cantidad de personas que, gamela al hombro, se desempeñaban junto a él. Fue así que, hace unos años, el dueño de la finca Villalba, ubicada en el corazón de 25 de Mayo y donde desempeña gran parte de su tarea, lo incentivó para armar la cuadrilla y empezar a hacerse cargo de ella. “Igual, cada tanto me meto a cosechar, así no pierdo la costumbre. Además, ayudo a los muchachos, aquí somos todos compañeros”, confía el hombre que, con esa labor, el armado de parrales en invierno y otras changas que va consiguiendo, sostiene junto a su esposa a sus cuatro hijos.
El sanjuanino cuenta además que, “no es fácil ser cosechador. Es sacrificado. La fuerza, el calor, el sol. Las jornadas se hacen largas. Pero, ¿a quién le gusta todo de su trabajo? Hay que ponerle onda, nomás”.
Con esa premisa es que sumó la guitarra a la tarea, ese instrumento que llegó a su vida cuando tenía alrededor de 20 años y pasaba unos días en Buenos Aires. “Se la compré a mi viejo, él siempre fue cantor, viene de familia la cosa. Yo no tocaba, pero me gustaba cantar cumbia. En esos días que pasaron entre que compré la guitarra y volví a San Juan, me puse a practicar. Cuando quise acordar, ya me salía una melodía”, recuerda sobre aquel momento.
Su padre, algunos amigos y su hermano fueron quienes lo llevaron al mundo del folclore y se le pegó el nuevo ritmo. “Qué se le va a hacer, a la guitarra le queda bien el folclore y ahora sólo toco esto”, sostiene José.
La música como un estilo de vida
Además de sus shows improvisados entre las viñas o desde arriba de la escalera de madera que usan para descargar la cosecha en el camión, José ofrece actualmente su arte como guitarrista y primera voz de un grupo folclórico departamental llamado “Sendero del tiempo”.
“Con el grupo ya somos conocidos, tenemos una trayectoria de varios años y nos presentamos en fiestas, peñas y cada vez hay un encuentro”, asegura el sanjuanino en su rol de músico. Aun así resalta que, una de las guitarreadas que más disfruta es la del asado del fin de cosecha.
Justo en ese momento, lo interrumpe un compañero que pasa cargado de uvas. “José, tocate otra”, le dice. Él responde con otra sonrisa: “¡Bueno!”, y mientras empieza a rasgar la guitarra, susurra pensando en voz alta: “A ver… qué puedo cantar ahora”. Después de eso, su voz cambia para entonar la canción, el sonido de su guitarra inunda el ámbito laboral nuevamente y todos aceleran el paso. Al final, hay algunos aplausos, nuevos gritos y alguien pide: “Tirenlé un racimo, ya que no hay un trago de vino para pasarle…”.
Embed - José Chacón, el sanjuanino que se hizo viral por ponerle música a la cosecha de la uva