En la actualidad, la terapia de pareja se ha convertido en una opción cada vez más considerada por quienes buscan mejorar o rescatar su relación. Como terapeuta especializado en este ámbito, he observado cómo, a través de un compromiso mutuo y estrategias adecuadas, es posible reconstruir vínculos y fortalecer la convivencia. También, en muchos casos, he podido comprobar como a través de la terapia de la pareja las personas han descubierto que su etapa de estar juntos término, pudiendo dar este pasó de la mejor manera posible.
Debemos ser conscientes que relaciones no siempre son lineales, siendo de lo más normal que se sucedan diferentes etapas, unas más intensas, otras más alegres, otras de mayor tensión, etc. Entonces, ¿ante qué situaciones es conveniente acudir a terapia de pareja?
La respuesta es clara, no existe un momento concreto para acudir a terapia de pareja, ya que este tipo de sesiones no sólo abordan dificultades, sino que también sirve para mejorar el vínculo y aumentar el grado de satisfacción que se obtiene de la relación, actuando directamente sobre ella en lugar de sobre los miembros de la pareja. Por ello, no hace falta esperar a tener serios problemas con la pareja para acudir a terapia, lo recomendable es darle de vez en cuando una revisión a la pareja, sin que ello suponga estar en crisis.
No obstante, podemos enumerar ciertas situaciones específicas en las que acudir a un especialista puede ayudar a mejorar la relación de pareja:
- Falta de comunicación.
- Crisis puntuales y/o conflictos constantes o recurrentes.
- Distancia emocional, falta de intimidad y/o complicidad.
- Falta de confianza.
- Discrepancia ante los planes de futuro.
- Entrometimiento de terceras personas, o familiares, en la relación.
- Insatisfacción de necesidades conyugales.
- Presencia de comportamientos complicados de aceptar (alcoholismo, infidelidades, drogadicción, etc.)
¿Cómo funciona la terapia de pareja?
En una primera fase de este proceso terapéutico, la pareja expone sus perspectivas para establecer una visión clara y compartida del problema y definir sus objetivos.
Después, en las sesiones conjuntas, la pareja adquiere herramientas para fortalecer la relación mediante la realización de ejercicios específicos para terapia de parejas, que incluyen: elaborar una carta o listado de cuestiones positivas, fijar un tiempo para hablar y comunicarse, proyectar una línea de vida común y expresar qué siente cada uno cuando se enfada.
A su vez, el trabajo fuera de consulta es relevante porque ayuda a reforzar lo trabajado en terapia y las mejoras obtenidas se van asentando en la relación.
Si fuera necesario que no de los miembros precisara una atención personalizada, la terapia de pareja se puede complementar con otros tipos de psicoterapia individuales y personificadas, como la terapia cognitivo-conductual, centrada en identificar y modificar patrones de conducta que afectan negativamente a la relación.
Características que debe tener el espacio de terapia de pareja, para que el intercambio que allí se produzca sea beneficioso para el vínculo.
Partamos de la base que la terapia de pareja es una alternativa de abordaje del vínculo en crisis, por lo que debemos de entender que no trata a las personas, sino a los diferentes modos de unión que sostienen la relación y los problemas que surgen en el mismo, por ello el espacio terapéutico no debe ser un ring para continuar con el combate, muy por el contrario debe ser un lugar de neutral, donde la comunicación, la escucha y la reflexión deben primar por sobre el enfrentamiento y la pelea.
El terapeuta no es, ni hace de juez, no dicta sentencia, tampoco establece alianzas con ninguna de las partes. Es un profesional formado adecuadamente, para detectar los puntos de conflictos, señalarlos y ayudar a ver alternativas de cambio, por eso quienes acuden deben saber que la terapia de pareja no es para relatar con lujo de detalles lo que hace cada uno para provocar al otro. Sirve para atravesar esa barrera de enojos y reproches y detectar los mecanismos que subyacen, en un espacio neutral, de dialogo, y con unas normas que aplica el terapeuta.
El compromiso para trabajar en el espacio terapéutico y fuera de él es fundamental por los miembros de la pareja. Todo lo que surge en el afuera o dentro de la terapia puede ser motivo para la reflexión y el cambio.
Debemos poner todo encima de la mesa, incluso las conversaciones más incomodas, incluyendo no solo los temas que nos provocan crisis, sino también lo que no tocamos habitualmente como por ejemplo: la vida sexual y cómo actúan sobre ella los conflictos. En muchos casos, la sexualidad de la pareja pierde fuerza y los cuerpos se distancian cada vez más, en otros casos, los conflictos esperan la fogosidad del sexo para apagarse (recurso paradójico) reiniciando luego la escalada hasta un nuevo acercamiento sexual.
¿Qué podemos esperar de la terapia de pareja?
Para que este tipo de terapias sean efectivas se necesitan la disposición, compromiso y ganas de ambas partes. Tal y como apuntan algunos estudios, psicológicos de especialista en sexualidad y pareja, el éxito de las terapias de pareja alcanza el 70 % en la mayoría de los casos. Por lo que se puede asegurar que las terapias de pareja sí funcionan, pero no siempre garantizando la continuidad de la relación, ya que en ocasiones lo mejor para ambos es la separación y es en la terapia donde realmente se ven las diferencias irreconciliables que los separan.
Que mejoras podríamos obtener tras una terapia de pareja:
- Mejora los patrones de comunicación.
- Ayuda a la resolución de conflictos.
- Mejora el vínculo y el conocimiento sobre la pareja, la relación y uno mismo.
- Previene que problemas puntuales ajenos a la relación afecten a la misma.
- Mejora el estilo atribucional, evitando la excesiva sensación de culpabilidad, así como la evasión de los conflictos.
La terapia de pareja siempre deja algo en cada uno de los miembros, favoreciendo el crecimiento personal y dándole a la persona un enfoque, o una visión de la relación, y de uno mismo, distinta a la que habitualmente se tiene.
Escrito por: Carlos Fernández. Coach y psicólogo.
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