Un bebé de seis meses lucha por su vida en el Hospital Materno Infantil de San Salvador de Jujuy luego de que un enfermero le inyectó leche en la vía intravenosa. El hecho, que se conoció este jueves, generó una fuerte conmoción y trajo a la memoria un caso similar ocurrido hace más de una década en San Juan, que terminó con la muerte de una mujer de 87 años.
Según informó el Ministerio Público de la Acusación de Jujuy, el enfermero fue detenido y la causa fue caratulada como “lesiones graves”, aunque podría agravarse en las próximas horas dependiendo de la evolución del estado de salud del menor, que permanece delicado y con riesgo de muerte.
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, el enfermero habría colocado leche en la vía donde debía ir el suero. El bebé se descompensó de inmediato, pero gracias al accionar rápido del resto del personal médico, logró ser estabilizado.
Este caso revive el recuerdo de lo ocurrido en 2013 en el ex Sanatorio Almirante Brown (hoy Santa Clara) de San Juan. Allí, Pabla Viterva Molina, una jubilada de 87 años internada por un cuadro de EPOC y neumonía, murió luego de que una enfermera le inyectara leche por la vía del suero en lugar de administrarla por sonda nasogástrica, como había indicado el médico.
Según denunció su hija, Sonia Gutiérrez, la paciente entró en coma luego del error. Los familiares advirtieron la equivocación y pidieron asistencia médica urgente, pero la atención se demoró hasta que la mujer entró en shock. Fue trasladada a terapia intensiva, donde se le diagnosticó un “daño irreversible multiorgánico”. Finalmente falleció.
A pesar de la denuncia por mala praxis, la investigación judicial en San Juan no tuvo condenados. La jueza Mónica Lucero dictó la falta de mérito para la enfermera Irma Beatriz Tello, principal sospechosa del caso, al considerar que no había pruebas suficientes para procesarla. Además, aunque ordenó continuar con la investigación, en la práctica el expediente quedó estancado y los plazos para apelar vencieron. La muerte de la abuela Pabla Molina, entonces, quedó impune.