¡Impactante fenómeno astronómico en San Juan! En la noche del pasado miércoles, el cometa C/2024 G3 (Atlas) tuvo paso por la provincia y fue captado. Las imágenes circularon por las redes sociales.
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SUSCRIBITEUn fotógrafo de Iglesia captó el fenómeno astronómico durante la noche del último miércoles. El cometa C/2024 G3 completa su órbita alrededor del Sol cada 160 mil años y fue descubierto el 5 de abril del 2024.
¡Impactante fenómeno astronómico en San Juan! En la noche del pasado miércoles, el cometa C/2024 G3 (Atlas) tuvo paso por la provincia y fue captado. Las imágenes circularon por las redes sociales.
El fotógrafo Lucas Poblete tomó registro del paso del cometa por Iglesia. Además, mostró el imponente cielo del departamento del Norte sanjuanino.
En los primeros días de 2025, el cielo nocturno regaló a los observadores un espectáculo único: el cometa ATLAS (C/2024 G3), visible a simple vista gracias a su excepcional brillo. Este visitante cósmico, que completa su órbita alrededor del sol cada 160.000 años, alcanzó su máximo esplendor tras pasar, el 13 de enero, a solo 13,4 millones de kilómetros del sol. Su proximidad lo convirtió en el cometa más brillante del año, con una magnitud de -3,4, casi igualando el brillo de Venus, el planeta más luminoso en el firmamento.
Sin embargo, lo que comenzó como una celebración astronómica está tomando un giro inesperado. Según astrónomos, el núcleo del cometa ATLAS podría estar en proceso de desintegración, un fenómeno que podría reducir esta maravilla celeste a una nube de gas y fragmentos dispersos. Fotografías recientes han revelado que su núcleo ya no es la parte más brillante del cometa, lo que ha llevado a los expertos a describirlo como una posible “maravilla sin cabeza”.
El caso de ATLAS remite a otros cometas que, tras sobrevivir a encuentros cercanos con el sol, sucumbieron a las tensiones térmicas y gravitatorias días después. Entre los ejemplos más recordados se encuentra el cometa ISON en 2013, cuya espectacular entrada terminó en una desintegración completa tras su perihelio. Estos dramas celestes no solo fascinan a los entusiastas de la astronomía, sino que también aportan información valiosa sobre la estructura y composición de estos antiguos restos del sistema solar.
Los cometas, compuestos principalmente de hielo, polvo y roca, son vestigios de la formación del sistema solar hace más de 4.500 millones de años. Su fragilidad es una de sus principales características, y los encuentros cercanos con el sol suelen desencadenar procesos violentos en su superficie. En el caso de ATLAS, su proximidad al sol pudo haber provocado la sublimación de grandes cantidades de hielo, generando tensiones internas que ahora amenazan con fragmentarlo por completo.
A pesar de este posible desenlace, ATLAS ha dejado una huella imborrable en el corazón de los aficionados a la astronomía. Sus colas gemelas, visibles incluso desde ciudades con moderada contaminación lumínica, ofrecieron una oportunidad única para disfrutar de un cometa en todo su esplendor. Además, su paso ha incentivado observaciones científicas que permitirán comprender mejor los mecanismos que rigen el comportamiento de estos cuerpos cósmicos.
Conforme pasan los días, los telescopios de todo el mundo siguen apuntando hacia ATLAS, intentando capturar cada detalle de su evolución. Si bien su desintegración podría significar el final de su breve momento de gloria, también representa una oportunidad para desentrañar los secretos que estos viajeros cósmicos llevan consigo desde los confines del sistema solar.
Para los amantes del cielo, ATLAS sigue siendo un recordatorio de la belleza y la fragilidad del cosmos, un espectáculo fugaz que, como muchas maravillas celestes, nos invita a mirar hacia arriba y reflexionar sobre nuestro lugar en el universo.