Antes de que se hablara de inclusión como política dentro de las instituciones privadas y mucho menos en los ambientes laborales, en San Juan ya existía una historia de verdadera inclusión. Se trata de Jorge Torrent, un hombre con discapacidad que comenzó a trabajar en la Avícola Autoservicio Myriam desde inicios de los 2000. Según Alejandro Prados, dueño del comercio, esta relación laboral nació desde la “intuición”, de manera natural; y hoy se convirtió en un modelo de inclusión.
Jorge tiene un gemelo llamado Héctor y viven juntos en las cercanías del autoservicio. Iban junto a su madre a comprar y, poco a poco, surgió la idea de que ambos comiencen a trabajar. “La preocupación u ocupación de su mamá, que falleció hace muchísimo tiempo, uno o dos años después de que ingresaron a trabajar, era dejar a estos chicos insertos en una actividad, y lo logró”, explicó Prados al respecto.
En todos estos años, Héctor comenzó a trabajar de manera alternada y Jorge, mientras tanto, se desempeña actualmente de manera diaria durante tres horas. Tanto él como los clientes se fueron acostumbrando a la actividad y, de hecho, el aprendizaje fue enorme.
Jorge comenzó haciendo tareas simples de embolsado, y terminó por aprender a manejar el dinero y a dar vueltos. La clave para que esto haya funcionado, indicó Prados, es tratarlo de la misma manera que a todos los empleados. En lo bueno y en lo malo, no hacer diferencias respecto a los demás.
De hecho, Jorge cuenta que lo que más le gusta de trabajar en Myriam es ayudar a la gente. “Hago de todo un poco, ayudo a embolsar, ayudo a la gente con las bolsas”, dice en primera persona.
A 25 años de esa primera experiencia, podría decirse que el objetivo de la mamá de Jorge y Héctor está cumplido: ambos viven solos, de manera independiente y cuentan con actividades. Además del trabajo, van a talleres de cocina, de música y de noticias.
Una muestra de que, con el compromiso y el trabajo aunado, es posible que las personas con discapacidad sean autónomas dentro de sus posibilidades. Jorge es el ejemplo de que el camino no es la fragmentación de la sociedad, sino la unidad.