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SUSCRIBITENació en 2017 con el propósito de ser un espacio donde niños, niñas y adolescentes aprendan sobre el folclore y la importancia de esta danza en nuestra cultura. La historia de Herencia Andina.
En algunos rincones de San Juan la danza, sobre todo el folclore, es un refugio, un espacio donde las nuevas generaciones aprenden no solo a bailar, sino también distintos valores. Herencia Andina es un lugar con ese perfil. Nacida en un departamento cordillerano, la academia busca cada año reivindicar el valor del folclore en los más pequeños.
Mariana Donoso y Abril Sarmiento están hoy en día a cargo del espacio que nació en 2017 en Barreal, Calingasta, de la mano de profesores recibidos del IDAF (Instituto de Danzas y Artes Folclórico). “Se fundó haciendo foco en las raíces y revalorizándolas, entendiendo que es importante que la cultura prevalezca en cada familia”, contó Mariana a Tiempo de San Juan. Así, desde sus inicios, la academia se enfocó en la construcción de la danza en niños y niñas desde los 4 a los 16 años.
Bailar dentro del departamento fue el primer objetivo que lograron concretar. Salir de las fronteras calingastinas siempre representó una odisea. La distancia y los costos que ello implica en más de una oportunidad se volvieron un impedimento, pero las docentes a cargo de la academia como los padres y familiares de los pequeños bailarines nunca bajaron los brazos.
“Nos gusta que los chicos tengan la oportunidad de demostrar la pasión que sienten por el folclore en cualquier escenario donde somos invitados, como también que participen de concursos y certámenes donde pueden tomar contacto con sus pares. Años anteriores no pudieron participar por la situación económica, pero este año tuvieron la oportunidad de ir a la primera instancia del certamen Danza en Movimiento”, contó con orgullo y emoción Mariana. Esa primera edición fue en junio, donde hubo varios reconocimientos en el medio y una invitación para participar de la instancia final que se realizó el 19 de octubre.
Desde ese entonces, padres, amigos, hermanos, tíos y prácticamente todo un pueblo se puso al hombro la gestión de conseguir fondos para que los chicos pudieran viajar y cumplir un sueño, que no solo les permite alimentarse y nutrirse desde lo que brinda la disciplina, sino también les abre las puertas para relacionarse y vincularse con chicos de la misma edad que viven el folclore con idéntica pasión.
Sobre cómo vivieron ese momento, Mariana contó: “Los chicos tuvieron la oportunidad de compartir. Fue una alegría ver como todos se apoyaban entre ellos y como la familia de Herencia Andina estaba presente”.
Del certamen no solo se trajeron anécdotas, amistades nuevas y una pizca más de experiencia en sus formaciones, sino también algunos reconocimientos y menciones especiales. Por ejemplo, Facundo Astudillo, quien fue reconocido como “Mejor Revelación 2024”, y Aylen Castro quien recibió la mención “Bailarina Destacada 2024”.
“Que la cultura y el folclore pueda seguirse manteniendo es el principal objetivo de la academia. Cuando a alguien le gusta lo que hace, lo hace con el corazón, el alma y no solo por obligación. Queremos que el legado del folclore siga prevaleciendo, que los chicos sigan bailando con esa dedicación que le ponen siempre”, finalizó Mariana.
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