Cuando se trabaja con pasión, dedicación y buenas intenciones, todo es posible. Ese es el caso de Fernando Sosa, quien hoy presidente el Centro Tradicionalista Jorge Cafrune, pero lleva tiempo relacionado al gauchaje sanjuanino. Su vida laboral, la familia, los amigos y el cable a tierra necesario hacen que cada domingo sea más que especial.
Fernando está casado, con hijos y hasta nietos ya forman parte del grupo familiar. De abuelo gaucho, sintió desde pequeño la responsabilidad y el honor de continuar con la tradición heredada, y en cuanto pudo fue formando parte de distintas agrupaciones, hasta hace un año que con un grupo de amigos decidieron fundar el espacio que hoy preside.
Cuando no está arriba del caballo, situación que se suele dar en cuanto momento libre encuentra, Fernando se ubica detrás del volante para viajar de lunes a viernes a Mendoza. Su trabajo como chofer de un expreso lo hace recorrer la ruta a diario, por lo que considera que cada fin de semana de festival y encuentro con colegas permite despejarse. “Cada domingo con nuestras familias es como un cable a tierra”, asegura.
Compartir su pasión gaucha con compañeros de trabajo le ha dejado innumerables anécdotas. Desde la duda sobre las actividades que se realizan hasta aquellos que despiertan su interés por cuestiones alejadas a las destrezas. “Muchas veces preguntan si es verdad que se come mucho asado. Les comentó que con esfuerzo siempre hay una parrilla con carne, pero luego les muestro las fotos de cada fin de semana y se sorprenden”, comenta entre risas.
Dos de los hijos de Fernando son jinetes. Y junto a ellos ha recorrido varios festivales, tanto dentro como fuera de la provincia. Hoy, desde la organización y en la presidencia del Centro Tradicionalista, continúa dejando todo con una pasión que lo domina, siempre en compañía de su familia, sobre todo de sus nietos, a quienes les enseña y comparte con amor y dedicación la importancia de mantener viva la herencia gaucha.