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SUSCRIBITEHace 36 años, la Nación implementó cortes de luz diarios para ahorrar energía, e impactó fuerte en San Juan. ¿Volverá a repetirse la historia este verano?
Tapas y títulos del diario de San Juan sobre los cortes de luz programados en el verano del '88.
El jefe de Gabinete nacional, Guillermo Francos, causó alarma este domingo al confirmar que habrá cortes de luz programados durante el verano, por la escasez del suministro de energía. El dato trajo el recuerdo del escenario que se vivió hace 36 años, bajo el gobierno de Alfonsín; donde se implementaron drásticos cortes que impactaron también la vida de los sanjuaninos.
En la San Juan gobernada en 1988 por Carlos Gómez Centurión, la orden de la secretaria de Energía de la Nación fue adoptada a rajatabla por la distribuidora Servicios Eléctricos Sanjuaninos, Desde el 12 de diciembre de ese año se implementaron cortes por zonas, solo a usuarios residenciales, para no afectar a la industria, según constató Tiempo de San Juan revisando las crónicas de Diario de Cuyo de la época.
También se adelantaron horarios de comercio y administración pública, se recortó el alumbrado público y para alcanzar el cupo ordenado por Nación, llegó incluso a cortarse la luz en hospitales, una medida polémica que sacudió a los sanjuaninos y dejó como saldo la dudosa muerte de un bebe.
Por orden de la Secretaria de Energía de la Nación, y el decreto presidencial 1756; el lunes 12 de diciembre empezaron los cortes rotativos del suministro de electricidad en todo el país, como consecuencia del fuerte déficit de generación atribuido al funcionamiento parcial de represas hidroeléctricas por escasas lluvias. La meta era reducir 20% el consumo eléctrico ese verano.
En San Juan, un día antes la entonces Secretaria de coordinación de Obras y Servicios Públicos, Nélida Martín; a cargo de la presidencia interina de Servicios Eléctricos Sanjuaninos; anunció en rueda de prensa que en San Juan se iniciarían una serie de cortes rotativos diarios al sector residencial.
Primero fue en dos horarios de 7,30 a 15,30 uno de ellos; y de 15,30 a 22,30 el otro, en diversas zonas que se iban comunicando en diarios, radios y televisión. Para ponerla en práctica San Juan implementó una codificación por zonas geográficas. En aquel momento Martín le decía a las familias que tenían que hacer el mayor esfuerzo para afectar en menor medida posible a los sectores industriales.
Al principio el área de las cuatro avenidas no sufrió cortes por estar allí los servicios públicos tales como hospitales, policía y bancos; y se apeló a la responsabilidad moral y colaboración de los residentes de la zona para reducir el consumo en la energía eléctrica. Luego, eso iba a cambiar.
Los comercios abrían una hora antes en la mañana y cerraban también 60 minutos antes, y los empleados estatales, ingresaron más tarde por un tiempo. La restricción en la iluminación de vidrieras llegó a niveles mínimos y se suspendieron espectáculos deportivos nocturnos, se limitó el cambio de agua de piletas y natatorios y se limitó la potencia para impedir el uso de acondicionadores y equipos de aire acondicionado. “Usarlos hará saltar los fusibles”, decía entonces Martín.
“Un día le tocaba a Santa Lucia, y otro día a otro departamento. Recuerdo que a los electrodependientes se les suministraba un equipo con baterías”, recordó Juan Ballato, contratista de la distribuidora eléctrica desde entonces a la actualidad. “Era complicado, pero la gente no se quejaba mucho. Había a un problema nacional, una crisis energética y se aceptaba”, aseguró el empresario.
A mediados de diciembre se cambiaron los dos turnos de cortes, a cuatro: de 7 a 11, de 11 a 15, de 15 a 19; y de 19 a 22 horas. “Se hizo ante las numerosas quejas de usuarios y comerciantes por los perjuicios ocasionados aquel verano ante la cantidad de horas que duraban los cortes”, decía la crónica del 15 de diciembre. No fue suficiente: el 16 de diciembre el SES comunicó que San Juan ahorro 10 GW/hora por día, 15% menos de las estimaciones que se habían hecho.
Hacia el 19 de diciembre Nación ordenó disminuir 50% el alumbrado público en avenida y autopistas de Buenos Aires y acortó las emisiones de programas de televisión. El entonces Secretario de Energía de Alfonsín, Roberto Echarte; anunció que los cortes rotativos de electricidad se seguirían cumpliendo por lo menos hasta el 15 de enero como consecuencia del agravamiento de la crisis del parque energético nacional.
Un día después en San Juan, Miguel Ángel Ranea, director secretario del SES; Mario Ávila; jefe de operaciones y Esteban Rupcip, jefe del departamento de distribución informaron que la reducción solicitada por la Nación para la provincia era de recortar 126Mw por día, y no se había cumplido. Dijeron que fue porque la industria trasladó sus consumos a los horarios en los que no había cortes, y porque las familias del radio céntrico a quienes se les solicitó una disminución voluntaria, y tampoco la cumplieron.
Para alcanzar el cupo fijado, San Juan tuvo que ampliar la zona de cortes al radio céntrico, pese a albergar a centros asistenciales, clínicas, bancos, medios de comunicación, policía y comercios. Se bajó al 50% el alumbrado público en Capital y se pidió a la gente lavar y planchar después de las 22.
Hacia fines de diciembre el SES debio ampliar los cortes al parque industrial de Chimbas y a la zona industrial del Acceso Sur, por cuatro horas durante el dia.
El 23 de diciembre del ‘88 se publicó un hecho trágico en medio de los cortes de luz: la muerte de un bebé en el hospital Rawson. El lamentable episodio ocurrió en el transcurso de un corte de energía dispuesto por el SES cuando el pequeño era sometido a una compleja intervención quirúrgica y falleció a las pocas horas.
El Secretario de Salud Pública de la provincia, Ernesto Riveros; admitió entonces que el corte de energía eléctrica se produjo momentos antes de que finalizara la operación calificada como de altísimo riesgo porque se pretendía extirpar un tumor alojado en el cerebro del niño. De todos modos, al ser consultado si el corte de energía fue el causante de la muerte, el funcionario dijo que la información en su poder demostraba lo contrario.
En ese momento se conoció que cuando se ejecutaban los cortes programados, el grupo electrógeno del servicio de urgencia arrancó, pero no produjo la energía suficiente. A partir de ese momento y por ese deceso, los hospitales Marcial Quiroga y Rawson fueron excluidos de los cortes de energía eléctrica. Las clínicas y sanatorios privados sufrían cortes de 7.15 a 8,15, y de 14 a 16, y debían derivar a esos dos hospitales los casos motivadas por problemas de carácter eléctrico.
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