Se podría decir que cualquier argentino de bien vio al menos una vez un cuadro de malambo, sea sureño o norteño, ejecutado por solistas o por conjuntos. Si bien siempre se relacionó esta danza folclórica exclusivamente a hombres, con el paso de los años la sociedad fue mutando hacia otros horizontes. En San Juan Amazonas es uno de los grupos que mantiene viva esta danza de antaño sumando como condimento especial la fuerza y destreza femenina expresada al máximo.
Amazonas Malambo es una compañía que surgió hace cuatro años, en medio de una pandemia y una necesidad de los artistas sanjuaninos en generar proyectos y situaciones que les permitiera sentirse vivos tras el confinamiento que parecía eterno. En junio del 2020 dentro del Conte Grand se desarrolló Experiencia Bardo, y entre las actividades que desarrollaba se encontraba el malambo fusión.
Pasaron los meses, mutó la grupalidad y formalmente se constituyó la Cía Amazonas. Bajo la dirección de Juan Peletier, quien cosecha reconocimientos y premios como malambista, las jóvenes provenientes de diversas disciplinas de la danza como contemporáneo, folclore, ritmos latinos, flamenco entre otras comenzaron a indagar en el mundo del zapateo como en el uso de bombos, boleadoras, látigo y poncho en escena.
El grupo está integrado por Romina Masiero, Eleonora Carrizo, Abril Núñez, Agostina Ciancio, Nicole Núñez y Sofía Meli, quienes son conscientes del compromiso que cargan sobre sus pies cada vez que se paran sobre un escenario para desplegar su arte y danza. “El malambo suele tener una impronta agresiva, por lo que llevarlo al lado femenino y hacerlo nuestro es una complejidad. Nosotras zapateamos siendo mujeres. El desafío está ahí, en ponerle nuestra esencia, nuestro sello. Es una búsqueda que es nueva, es llevarlo a nuestro lugar y sentirlo nuestro”, comentan las jóvenes.
A la hora de crear, Juan es quien realiza la propuesta técnica. Comparte las mudanzas como los juegos que se pueden hacer con bombos o boleadoras, pero la puesta en escena final queda en manos de las Amazonas, quienes le dan su “toque”. “Somos todas bailarinas de distintas disciplinas, cada una viene de un palo distinto y aporta lo suyo. Eso le ha dado la identidad del grupo. Tenemos un equilibrio bueno y único, algo que hemos creado nosotras”, reflexionan en torno a la identidad de la grupalidad.
Gracias al zapateo, Amazonas recorrió diversos escenarios, ganándose el cariño y amor del público en cada presentación que siempre deja gusto a poco. Es que es tal la energía que manejan, su frescura y la seguridad en cada pisada que sin duda se las podría ver durante horas bailar.
No solo en San Juan han demostrado lo que vienen trabajado, sino también en otros lugares, como en Termas de Río de Hondo y Buenos Aires. “El cielo es el límite”, comentan seguras que aún faltan escenarios por conquistar, públicos a los cuales llegar y lugares donde el malambo aún está arraigado a la vieja idea de ser una danza solo para las masculinidades.