El pasado miércoles 5 de febrero, las autoridades de San Juan "cortaron la cinta" de los juegos del Parque de Mayo, que forman parte de un Master Plan de mejoramiento de ese espacio verde. Sin embargo, a menos de una semana de su inauguración, usuarios de las redes sociales mostraron indignados el estado de uno de los toboganes, con el plástico visiblemente partido. Tiempo de San Juan fue hasta el lugar y constató las roturas.
La situación fue visibilizada en Facebook, donde no tardaron de llegar los mensajes de indignación. "Hoy lleve a mis hijos y si vi que estaba roto el tobogán de ese juego, me dio rabia porque no llevan ni 5 días de estreno. Cualquier niño que se tire por ahí se raja todas las piernas", contó una mujer en los comentarios de la publicación original.
Según dijeron en los comentarios, muchas personas que asistieron vieron cómo chicos de avanzada edad se subían a juegos que no estaban habilitados para ellos, por lo que los terminaron rompiendo. Cabe recordar que los juegos están divididos en tres zonas según la edad de los niños, asegurando que cada uno encuentre el espacio adecuado para su diversión y seguridad. Los más pequeños, de 2 a 12 años, tienen acceso a juegos suaves y estimulantes, mientras que las otras zonas ofrecen opciones para niños de 1 a 12 años y de 4 a 12 años, con estructuras más desafiantes.
La vigilancia del sector
Una de las mayores preocupaciones de los usuarios era el cuidado que podía llegar a tener el sector. Ante esto, la Secretaría de Seguridad reforzó la prevención en el Parque de Mayo. Fuentes oficiales confirmaron que el parque contará con seguridad las 24 horas, con patrullajes constantes, incluyendo durante la medianoche, cuando un infante vigila los juegos. La Policía Ciclista de San Juan también se encuentra monitoreando el área, especialmente los domingos, cuando se concentran más visitantes.
Hasta el pasado viernes, el personal de seguridad intervino en varios incidentes durante las primeras horas de funcionamiento, prohibiendo el acceso a quienes tienen entre 13 y 18 años. Se acercan a los jóvenes para evitar que los usen, protegiendo así las instalaciones y garantizando un ambiente seguro para todos.