Días atrás el CEO de Techint, Paolo Rocca, señaló en un foro del sector que con China "la cancha no está equilibrada". Al mismo tiempo, reclamó al estado Nacional el fin del cepo cambiario, y la protección para la industria acerera ante la avanzada de la metalurgia oriental, tras la decisión oficial de simplificar el ingreso al país de acero.
La respuesta del ejecutivo, en la voz del jefe de Gabinete Guillermo Francos, fue tajante, y decepcionante para el empresario: "No va a haber una Argentina proteccionista". Y agregó: “Si uno le dice a una empresa petrolera que tiene que instalar tubos, y que por la producción argentina tiene que pagar 80% más que la del exterior, es muy probable que ese productor petrolero quiera traerlo (los tubos) desde el exterior”. Esto fue una explícita invitación a bajar costos para competir con la poderosa industria china, que comienza a trabajar con un acero a menor precio que el argentino, y una mano de obra mucho más barata.
Puesto a reducir costos, ante una caída de la producción que según un informe presentado ante la Bolsa de Comercio rosarina rondó el 19% en el tercer trimestre, Rocca avanzaría con recortes de empleos, según deslizaron fuentes de la Unión Obrera Metalúrgica. En principio habría una reducción del 15% de la planta que Ternium-Siderar, empresa del grupo Techint, posee en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. esta decisión, según el sindicato, dejaría sin trabajo a 300 trabajadores directos, y 300 indirectos, que operan con la mayor productora de aceros laminados y hojalata del país.
La fricción entre Rocca y el mileísmo sorprende a analistas y funcionarios. El grupo Techint había comenzado con buen pie la relación con el gobierno libertario, colocando incluso muchos de sus gerentes y ejecutivos en puestos claves de la administración nacional, creando una suerte de pequeño estado empresarial dentro del estado nacional.
Lo que vino a desbaratar el idilio es el sorprendente cambio de posición de Javier Milei sobre China, la necesaria nea alianza con el país comunista por cuestiones financieras, y la imposibilidad de ponerle alguna traba a sus productos industriales.