La apertura de Agua Negra tiene una alta carga de gestión del bloquismo sanjuanino, un proyecto buscado por Federico Cantoni y consumado por Leopoldo Bravo cuando era gobernador en la década del '60. Cómo fueron esos dias y quiénes fueron los protagonistas de esta epopeya lo cuenta con detalle el historiador bloquista Carlos Ciro Maturano en su libro "Pioneros de la Historia-Memoria Bloquista", quien accedió a echar luz sobre este fascinante hecho binacional, en una sinopsis para TIEMPO DE SAN JUAN. Un relato imperdible que se ofrece a continuación.
Los orígenes
El paso a Chile por Agua Negra contiene historias que arrancan allá por el año 1575; en diversas reuniones posteriores, representantes de ambos países, intercambiaron opiniones sobre dos alternativas de pasos, Castaño y Agua Negra, incluso se habló de un ferrocarril que uniera San Juan con La Serena y en 1933 se pensó en un túnel en el paso actual.
Pero es recién en el gobierno bloquista de Federico Cantoni (1932–1934) cuando comienzan a cristalizarse los anhelos que vienen desde tiempos de la colonia de construir una conexión segura con Chile. Este “manos a la obra” dio motivos a tramitaciones oficiales con el gobierno chileno, cumplidas por intermedio del ministerio pertinente del gobierno nacional.
Finalizadas con éxito aquellas tramitaciones, se comenzó con los primeros tramos de la ruta internacional, antes de entrar al macizo andino. Se partió desde la localidad de Las Flores, y abarcaron más de 25 kilómetros, perfectamente trazados, terraplenados, defendidos contra los efectos devastadores de las crecientes y totalmente nivelados.
El proyecto del túnel
En mayo de ese año, el ingeniero José Aguilar, siguiendo órdenes de Cantoni, elevó un informe sobre el trazado, en el que propuso la idea de construir un túnel en la alta cordillera.
Su texto principal decía: “Lamento no haber podido presupuestar el costo de la construcción de un túnel en el Paso de Agua Negra, como es el deseo del señor Gobernador, por lo avanzado del tiempo y porque, además, para presupuestar el túnel es necesario hacer un buen relevamiento taquimétrico en combinación con los ingenieros chilenos que estén encargados del estudio del camino del lado vecino”.
Ya en ese entonces se visualizaba que este camino de montaña está llamado a tener una gran influencia en el futuro económico y social de la provincia y del país, como lo reconocieron los técnicos y entendidos en obras de esta naturaleza y envergadura, que asistieron a la ceremonia inaugural y presenciaron los trabajos de creación de esta estratégica vía.
El gobierno de Cantoni, con el comienzo de la construcción del camino a Chile, dio principio a uno de los más grandes proyectos camineros enunciado por Domingo Faustino Sarmiento en 1862 y que siempre fue relegado por la incomprensión gobernante. A Cantoni bien lo apodaban "el Hacedor".
Don Leopoldo, el insistidor
En 1963, durante la gobernación de Leopoldo Bravo, se insistió en la concreción del camino a Chile, solo que esta vez existió mayor decisión y voluntad política de su cristalización.
Bravo asumió un 12 de octubre de 1963, y el 2 de noviembre del mismo año, a 20 días de haberse hecho cargo del Poder Ejecutivo, el caudillo bloquista viajó a la cordillera para ver las condiciones en que se encontraba la ruta de Agua Negra. Allí, tras interiorizarse de todos los pormenores, dio precisas instrucciones de retomar las tareas para abrir el camino.
De inmediato, con recursos provinciales, se comenzó a la contratación de maquinarias y ultimar los detalles necesarios. Antes de la finalización de ese año, autoridades y funcionarios, comenzaron a viajar periódicamente a Buenos Aires, Santiago, Coquimbo y La Serena, con el propósito de destrabar gestiones y comenzar a hacer realidad el camino.
Uno de los principales impulsores del paso por Agua Negra fue José Segovia, de Vialidad Provincial. A fines de noviembre de 1963, viajaron a la capital trasandina el Ministro de Obras Públicas, Hugo Montes Romaní y el Presidente de Vialidad Provincial, Miguel Carmona, quienes realizaron diversas gestiones, para reiniciar los trabajos en la ruta por Agua Negra.
En el inicio de las tramitaciones el resultado fue positivo, ya que se trazaron los lineamientos para la firma de un convenio que facilitara las autorizaciones de ambas cancillerías.
Don Leopoldo, en su carácter de titular del gobierno de San Juan, no solo apoyaba los oficios realizados por los funcionarios, sino que también él operaba avorablemente en cuanto organismo nacional y chileno se requería tocar puertas. Es así que antes de mediados de diciembre de aquel año, 1963, le expuso al entonces embajador de Chile en Argentina, Claro Salas, sobre la necesidad de librar el camino internacional, por Agua Negra, al transporte de carga y al desplazamiento de personas de ambas naciones, para fomento del turismo principalmente.
Con el representante chileno, el gobernador programó su visita a diversos organismos del vecino país, tendientes a lograr la correspondiente habilitación, a través de un convenio de partes.
Vía aérea se trasladaron a Santiago de Chile Bravo y su comitiva. Los lineamientos de las tramitaciones a seguir, además de tener conocimiento y apoyo del embajador Salas, fueron confirmados y acordados con funcionarios del vecino país.
El día lunes 6 de enero de 1964, a las 8:30, partió con destino a Santiago de Chile la delegación del Gobierno, con el fin de tramitar la pronta habilitación del camino internacional por Agua Negra. La comitiva la conformaba el Ministro de Obras Públicas Montes Romaní, el Diputado Nacional Ángel Cantoni, los diputados provinciales Federico Bravo y Luis Olson, el Subsecretario de Obras Públicas Raúl Suárez, el Subsecretario de Gobierno Julio César Cámpora, y el presidente del Directorio de Vialidad Provincial Miguel Carmona.
Los viajeros lo hicieron en dos aviones, uno de los cuales se dirigió directamente a la Capital chilena, mientras que la otra aeronave hizo escala en Mendoza para cumplimentar trámites aduaneros.
Dentro de las gestiones ya iniciadas y que se complementaron en tierra chilena, concretaron las bases de un convenio que luego refrendado por el gobernador.
Posteriormente, en compañía de funcionarios chilenos, se trasladaron hasta La Serena, donde se entrevistaron con los miembros de la Comisión de Fomento de la Ruta Internacional y con el Alcalde.
Todas las gestiones y tramitaciones que realizaron, integraron el objetivo primordial del viaje, que era el logro de la pronta habilitación del camino, para lo cual era preciso concluir un tramo de 27 kilómetros en suelo chileno.
Este trabajo fue realizado con máquinas de Vialidad Provincial, para librar el tránsito de vehículos livianos. Inmediatamente después se realizaron las obras de ensanches y consolidación de la ruta definitiva.
A mediados de enero de 1964, el Ministerio de Obras Públicas de Chile, por intermedio de la Embajada Argentina, respondió afirmativamente a la propuesta que le hiciera el Gobierno de San Juan, para la prosecución de las obras y habilitación de la ruta internacional por Agua Negra.
El Ministerio de Obras Públicas de Chile, en coordinación con organismos técnicos de Coquimbo realizó un estudio acerca de la inversión que insumiría la ejecución del tramo final en la zona de su país. En principio fue aceptado el ofrecimiento local de colaborar con maquinaria vial, lo cual posibilitara una mayor rapidez en los trabajos.
Si bien es cierto que la administración sanjuanina estaba en condiciones de concluir su tramo en alrededor de cuatro meses, por el lado chileno se preveían algunas demoras que repercutirían en la fecha de habilitación de la ruta.
Los trabajos indispensables
En su edición del jueves 23 de enero de 1964, el Diario de Cuyo titulaba y comentaba: “Hay que recorrer muchos kilómetros y asomarse a las nubes, para comprender la magnitud de la obra realizada, en la construcción de la ruta internacional a Chile por el paso de Agua Negra. El camino de cornisa, las obras de arte, las defensas para desviar las crecientes, se extienden a partir de Las Flores, para ser interrumpida pocos kilómetros antes de llegar al límite con Chile”.
Así comenzaba a hablarse de las maravillas de esta ruta de intercambio entre San Juan y Coquimbo. Es que visualizar aquel colonial anhelo del cabildante don Gaspar de Zárate (1575), pasando por las gestiones a favor del camino del coronel Toribio de Luzuriaga (1816); de José Ignacio de la Roza (1817); la construcción de los primeros 25 kilómetros partiendo desde Las Flores, que Federico Cantoni realizó (1932-1934); o los trabajos encarados por Ruperto Godoy (1947-1950), entre otros, y estar en 1964, observando que el camino hasta Guardia Vieja se encontraba en muy buenas condiciones, daba fe de lo que se venía. Que esos trabajos de mantenimiento realizados por obreros argentinos y esa montaña siendo recorrida hacía pensar que ese sueño que nació con la ciudad misma, se estaba cumpliendo.
Las obras de arte fueron construidas a conciencia y sobre la base de estudio y conocimiento del terreno. Hacia el año 1964, se podía apreciar un camino en buen estado hasta Guardia Vieja, por los trabajos de mantenimiento realizados por Vialidad. Desde allí y hasta unos 25 kilómetros antes del límite, el camino se hallaba perfectamente transitable para luego poner seguir a través de una “huella” existente.
La antesala de las obras definitivas
En este escenario de avances, se hizo inminente la orden del Gobierno Central de Chile, a su ministerio vial, para el comienzo de las obras en 52 kilómetros de camino en su lado.
Mientras tanto, del costado argentino (sanjuanino), se trasladaron hacia el camino propiamente dicho el lunes 17 de febrero, técnicos de la Dirección Provincial de Vialidad, encabezados por Ángel Moya y José Varas, para la realización de trabajos específicos y prolongados en aquella zona.
Una de las responsabilidades de los técnicos, que trabajaron con personal que la Dirección poseía en Iglesia, era mantener en buen estado de transitabilidad la huella auxiliar que lleva al límite, para la circulación de vehículos con personal que colaboraban del lado chileno. Además, el personal destacado debía instalar campamentos, depósitos de combustibles y también para aprovisionar los comestibles. Desde allí, el abastecimiento al personal que trabajaba en suelo chileno fue periódico y desde ese lugar se brindó atención mecánica a las movilidades, en sus necesidades diarias.
Acuerdo clave
El avance de las conversaciones con autoridades y funcionarios fue tan rápido y positivo, que el 23 de marzo de 1964 se firmó el acta entre el embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Argentina, Nicanor Costa Méndez, y el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Julio Philippi.
La carátula del Acta era “Huella de penetración de Argentina hacia Chile". Entonces Costa Méndez cambió la frase por: "Huella de penetración de Chile hacia Argentina". Desde luego, ya no sonaba igual y como se firmaría en Chile, era necesario cuidar la susceptibilidad de los chilenos.
A los efectos formales del convenio figuraba Vialidad Nacional, pero todas las obras fueron realizadas por la provincia. Uno de los puntos principales que señalaba el protocolo firmado fue la autorización para que las maquinarias de la Vialidad Provincial de San Juan pudiesen incursionar en territorio chileno para realizar sus trabajos.
El 3 de abril de 1964 entraron las máquinas sanjuaninas a Chile por primera vez, y en tan sólo 11 meses fue despejado el trayecto de 60 kilómetros del lado chileno y se completó cada tramo restante del lado sanjuanino.
Bravo, supervisor permanente
El último fin de semana de marzo del ´64, el entonces Gobernador Bravo, junto con funcionarios de su gobierno, visitaron las obras del camino, superando el límite en dos kilómetros en tierra chilena.
Todos los vehículos que trasladaban a la comitiva oficial, circularon por el camino sin dificultad. En diversos trayectos se debió transitar por un camino auxiliar, por los trabajos que se realizaban en la ruta definitiva.
Uno de los integrantes de la comitiva oficial fue el Jefe del Regimiento 22 de Infantería, el coronel Juan B. Crocchi quien, junto al gobernador, se fotografió al lado del monumento a Sarmiento.
La preocupación de Bravo por la conclusión del camino era permanente, tal es así que, el martes 28 de abril, nuevamente visitó las obras de la ruta internacional.
A las 5 de la mañana emprendió el viaje acompañado por su Ministro de Obras Montes Romaní; el Presidente de Vialidad Provincial Carmona y el Diputado Nacional Ángel Cantoni, entre otros.
Con sus propios ojos, el mandatario pudo constatar que el trabajo realizado desde el 16 de abril por las maquinarias de Vialidad en territorio chileno había sido positivo, ya que se había logrado abrir un tramo del camino de seis kilómetros sin mayores dificultades.
El buen tiempo reinante facilitaba el trabajo de los operarios y máquinas. El camino se mostraba perfectamente transitable, llegando a alcanzar una altura de 4.730 metros sobre el nivel del mar en el límite entre ambos países.
En la parte argentina, solo faltaba completar obras como consolidación y enripiado de la calzada. En el lado chileno, de acuerdo al convenio firmado por autoridades de uno y otro lado, se avanzó con maquinarias, técnicos y obreros especializados de la Dirección Provincial de Vialidad.
De regreso, Bravo visitó e inspeccionó las obras de los diversos tramos de canales que se construían para el aprovechamiento del Arroyo Agua Negra.
Último inconveniente superado
Antes de la medianoche anterior a la inauguración, el Ministro Montes Romaní, junto a Carmona, alumbrados por faroles, daban instrucciones y supervisaban los trabajos para dejar expedita la ruta, la cual a causa de un desprendimiento ocasionado por un cartucho de dinamita que explotó antes de tiempo, produjo un desprendimiento que impedía habilitar la última cuesta.
Un obrero lastimado y una máquina desbarrancada fue el saldo de este inconveniente que, pese a la oscuridad de la noche, el frío reinante y el hielo incrustado en las piedras, fue superado con éxito.
Pasado este trance, Montes Romaní y Carmona viajaron a Pismanta, en Iglesia, a asearse, cambiarse de ropa y salir a encontrar la delegación chilena en Tranque La Laguna y al límite.
El esperado 1ro. de marzo
Finalmente se llegó al esperado 1ro. de marzo de 1965, día de la apertura oficial de la Ruta Internacional a Chile por Agua Negra. Las autoridades y funcionarios chilenos, encabezado por el intendente de Coquimbo Eduardo Sepúlveda; el Prefecto de Carabineros Javier Provoste Sáez; el Director de Agricultura Alejandro Pizarro Aguirre; el Director de Vialidad Ramón Escobar Inostroza, quienes viajaban acompañados por el Diputado Bravo y por Montes Romaní, llegaron al límite.
Allí fueron recibidos por Ivelise Falcioni, esposa del gobernador, y por el senador nacional Hermes Cantoni, para dirigirse de inmediato al lugar donde se realizó el acto.
En ese punto esperaban el vicepresidente de Argentina, Carlos H. Perette; el canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz; el gobernador Bravo; el presidente de Vialidad Carmona; el Obispo de San Juan Monseñor Idelfonso María Sansierra; funcionarios del gobierno nacional y provincial, invitados especiales y más de 500 personas, que aguardaban en el lugar desde antes del mediodía.
Inmediatamente después se procedió al corte de cintas dejando simbólica y oficialmente inaugurado el camino internacional y, cerca de los mástiles donde se encontraban izadas las banderas argentinas y chilena, “Viva Chile; Viva Argentina”, se escuchaba seguido, ante el abrazo interminable de la concurrencia.
Se trabajó en nueve frentes, con catorce topadoras, tres motoniveladoras, seis camiones, cuatro compresores, dos grupos electrógenos, talleres completos, un total de diez casillas sobre ruedas y fijas, botiquines de urgencia y trasmisores de radio.
Y el camino dejó de ser una leyenda.
El gran acto
En el Hotel de Pismanta se cumplió la parte final del Acto de Apertura del Camino Internacional. Hasta allí llegó numeroso público de la zona y de la ciudad de San Juan para presenciar la histórica ceremonia que encabezaban el Vicepresidente de la Nación y el Gobernador de la Provincia, acompañados por el resto de la comitiva.
En primer lugar, hizo uso de la palabra el ingeniero Carmona, quien detalló pormenorizadamente cada uno de los tramos de una ruta que se hizo en tan solo once meses.
A continuación, el ministro Montes Romaní hizo entrega oficial de la obra, resaltando también aspectos de la misma, las gestiones realizadas y las periódicas visitas de inspección que realizaron.
A su turno, Leopoldo Bravo expresó: "Si se nos pregunta cuál es en nuestro gobierno la obra más trascendental hasta la fecha, no vacilaría en señalar como tal, aquella que culmina en este brillante acto. Tras de vencer la cordillera, en lucha denodada con la montaña agreste que nos rodea, acercamos nuestras tierras y producción para darle la vastedad que se merecen, y para juntar, aún más, a dos pueblos con honda raigambre común en la historia de América y con muchas e idénticas jornadas de sacrificio de abnegación y de gloria... Hemos hecho realidad lo que hasta ayer parecía un sueño irrealizable, contando fundamentalmente para esta gran tarea más que con la potencia de las máquinas, con el coraje, empeño y voluntad indomable, de los técnicos y obreros de uno y otro lado de la frontera. También ha contribuido en esta magna realización, en una medida que mis palabras no pueden describir, los gobernantes chilenos y argentinos, que en todo momento supieron obviar dificultades en homenaje a esta obra de bien común, largamente anhelada por lo pobladores de esta región andina".
También destacó el bloquista que "concretamos la solución a urgentes problemas de desarrollo de nuestros departamentos norteños de Jáchal e Iglesia, que, en un pasado no lejano, que con esta obra confiamos en reverdecer y aún superar, se vieron favorecidos con las ventajas que nos reportaba el tráfico ganadero a Chile. Cambiadas las épocas y con ella las modalidades locales y las posibilidades económicas, de la región, se abrirán para los jachalleros e iglesianos, horizontes promisorios de trabajo, que pueden estar estrechamente vinculados, con una explotación racional e intensa de las riquezas mineras y agrícolas y las grandes posibilidades turísticas de estos valles... En manos de sus antiguos pobladores que recibirán de mi gobierno todo el aliento necesario, queda el futuro de esta región, cuya puerta de salida al mar chileno hoy inauguramos".
Embed - El discurso de Leopoldo Bravo, el 1 de marzo de 1965, al inaugurarse el Paso de Agua Negra.
Ya avizoraba el entonces gobernador que "en esta ruta ofrecerá oportunidades promisorias no únicamente a los pobladores del norte sanjuanino, sino que ofrecerá a los riojanos y aún a los habitantes del oeste de Córdoba, las ventajas de un camino más corto para sus relaciones humanas y comerciales con el centro y norte chileno: para estas posibilidades que ofrecemos a estas dos provincias vecinas, que deben ser una realidad, será necesario que el gobierno nacional tienda su mano generosa, asegurando la pavimentación de las rutas que nos unen con La Rioja y con Córdoba".
Y culminó: "No puedo dejar de rendir un justo homenaje al padre espiritual de este camino, al doctor Federico Cantoni, que hace más de treinta años concibió esta ruta como medio que permitiera a la provincia de San Juan llegar con sus exquisitos vinos a los mercados y consumidores del extremo Oriente, por la vía del Pacífico... Deseo terminar, saludar a los técnicos, a nuestros ingenieros, al Ministerio de Obras Públicas, a los obreros que trabajaron incansablemente durante once meses, aquí perforando estos cerros, estas montañas enormes que simbolizan la magnitud extraordinaria del afecto entre el pueblo chileno y el argentino. Para ellos, y para los que trabajaron, las felicitaciones del gobierno y pueblo de San Juan".
Plaquetas y medallas
Durante el acto, tras las palabras de Bravo, se entregaron plaquetas y medallas recordatorias de tamaña inauguración a varias autoridades. Aunque no estuvieron presentes fueron distinguidos el Presidente de la República Argentina Arturo Illia; y el Presidente de la República de Chile, Eduardo Frei Montalba. Además, el vicepresidente Perette; el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina Miguel Ángel Zabala Ortiz; el canciller de Chile Gabriel Valdez; el Intendente de Coquimbo Eduardo Sepúlveda Wittler; el ministro de Obras Públicas de San Juan, Montes Romaní; y el presidente de Vialidad Provincial Miguel Carmona.
El intendente de la IV Región, Wittler, agradeció profundamente la distinción que le entregara el propio Gobernador de San Juan, haciendo saber que es un gran honor recibir la correspondiente de Frei, que él mismo le entregaría en La Moneda, en su regreso al país.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores Miguel Ángel Zabala Ortiz se refirió al enorme significado que tuvo el acto realizado en la cordillera por los dos países. Expuso a grandes rasgos las gestiones y actividad del ministerio a su cargo, “…al que tuvo desde sus comienzos como factor básico de la promoción del comercio exterior, como política internacional del país. Lo que mejor pensamos y conviene, es aquello que tratamos con nuestros hermanos americanos”. También se refirió al orgullo que sentía como argentino, al recibir un busto del Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento, para emplazarlo en cada una de las embajadas argentinas en el exterior, y rendir, de esa manera, un justo homenaje al Maestro Universal, de acuerdo a lo resuelto en la Conferencia Mundial de la Educación realizada por esos días en México.
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Acto inagurarción camino a Chile por el paso de Agua Negra 1 de marzo de 1965
Por último, hizo uso de la palabra el vicepresidente Perette, quien hizo referencia al acto cumplido hacía poco en el Cristo Redentor y al de hoy en plena cordillera. Calificó a ambos actos como una complementación de los mismos ideales perseguidos por los gobiernos chileno y argentino.
Luego se refirió a la política del gobierno nacional y a la obra del gobierno de Bravo y a las grandes posibilidades que se tendría desde ese momento con la salida al Pacífico. “Considero la inauguración de este camino como un acto de gran trascendencia, de gran auspicio popular y fraterno de las autoridades de Argentina y Chile. Representa, desde luego, un paso decisivo a las mejores relaciones de nuestros pueblos y es un ejemplo para América Latina. El gobierno y pueblo de San Juan ha contribuido al progreso argentino y han impreso un nuevo matiz fraternal a nuestras relaciones internacionales. El gobierno del Dr. Illia ha prestado su colaboración a esta obra, como lo hará con todas aquellas que tiendan a mejorar las condiciones de vida y el progreso de cada provincia. El convenio de las chancillerías de Chile y Argentina facilita este nexo de colaboración con este y otros gobiernos de provincias limítrofe”.
Llegó la integración
El trabajo de mejoramiento del camino fue permanente los años posteriores, mejorando significativamente sus condiciones de transitabilidad. Se dieron algunos hitos que valoraron esta vía de comunicación en diferentes aspectos:
-Carrera
En 1966, con el propósito de difundir las bondades del camino de Agua Negra nació aquella histórica competencia automovilística llamada "San Juan-Coquimbo-San Juan", que brotó del gobierno de Don Leopoldo, en acuerdo con la Asociación Sanjuanina de Volantes y con el auspicio del Automóvil Club Argentino. Se demostró que la Ruta Internacional a Chile, por el Paso de Agua Negra, constituía "un camino de uso normal".
-Primera Exportación
En abril del año 1967, partieron desde San Juan, varios camiones con ganado bovino llevando más de cuatrocientas cabezas de ganado, cuyo destino era la República de Perú a través del puerto de Coquimbo.
-Chile a pocas horas
TAN (Transportes Agua Negra), realizó el servicio de transporte de pasajeros entre San Juan y Coquimbo. Mientras que la Unión Propietarios de Automóviles de Alquiler puso a disposición el servicio permanente entre San Juan y Coquimbo por el camino de Agua Negra.
-Integración Económica
Por esos años visitaron la provincia autoridades de la Cámara de Comercio e Industria de Coquimbo, para entrevistarse con autoridades de la Federación Económica de San Juan. Concretaron puntos de acuerdos para el logro de una integración económica, creando una comisión mixta, que fijará las pautas.
-La Aduana
Posterior a la inauguración del Camino Internacional a Chile por el Paso de Agua Negra, hubo diferentes entrevistas con el objeto de concretar la ubicación de un puesto aduanero en la zona limítrofe, para la habilitación definitiva de la ruta para el tránsito de vehículos, tanto con fines turísticos como comerciales, desde y hacia San Juan. Las entrevistas finalizaron y dieron sus frutos. El Gobierno de la Provincia recibió copia de la Resolución Nº 38, de la Comisión Interventora de la Dirección Nacional de Aduanas, que habilitó con carácter permanente y a los fines aduaneros, el Paso de Agua Negra, en la provincia, a la vez que se creó un resguardo en la localidad de Arrequintín.
60 años después...
Pasaron seis décadas desde aquel corte de cintas que significó un antes y un después para la integración binacional. El paso sigue siendo una vía indispensable para el turismo y el intercambio cultural y permanece abierto todos los veranos, salvo algunas excepciones como fue la pandemia por COVID que obligó a su cierre por dos temporadas para luego reabrir en diciembre de 2022. Para lograrlo, operarios de las vialidades de ambos países trabajan diariamente a destajo para mantener el trazado en condiciones óptimas, en una tarea colosal de respeto a la desafiante alta montaña.
El camino sigue cargando con materias pendientes como la construcción del túnel que haga transitable Agua Negra todo el año y lo consolide como una alternativa al paso Los Libertadores, proyecto que quedó congelado desde las presidencias de Mauricio Macri y Sebastián Piñera. Por lo pronto, se sigue mejorando de uno y otro lado de la cordillera, con cada vez más asfaltos y comodidades en infraestructura. En planes fuertes está afianzarlo en su perfil comercial y este año se hizo una prueba con el tránsito de un camión.
Sin duda esta temporada, que abrió el 22 de noviembre y se espera extender hasta que la nieve y el hielo lo permitan, es una de las más exitosas con hasta 400 vehículos diarios cruzando en enero y cientos de personas yendo y viniendo. Los sanjuaninos encontraron este año, además de las delicias de las playas de La Serena y el Puerto de Coquimbo, destinos de los favoritos para los turistas cuyanos, el gancho de los paseos de compras que generaron un alud de visitantes a los malls y shoppings chilenos para aprovechar ofertas.
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