Susana Pérez tenía 53 años el día que su pareja, Antonio Pelaytay, le apoyó un arma tipo tumbera en la cabeza y la mató de un disparo. Todo ocurrió el 3 de diciembre de 2022 por la noche, en la vivienda que compartían en calle Mendoza, a metros de calle 10, en Pocito. El disparo que le dio fue realizado a tan corta distancia que Susana perdió masa encefálica y quedó moribunda. Él tardó media hora más en llamar al 911 e intentó instalar otra versión para salir impune.
Los testigos contaron luego que, Pelaytay la sometía a todo tipo de violencias. Que controlaba su forma de vestir, que corría a sus hijas cuando iban a visitarla, que le pegaba y la amenazaba. De hecho, un día antes de su femicidio, los vecinos la vieron con moretones.
Susana Pérez era de Jáchal pero vivía en Pocito con Pelaytay. El femicida era vendedor ambulante y ella amasaba semitas para llegar a fin de mes. Todos creían que era mucho mayor de lo que en realidad era, porque él la hacía ponerse ropa holgada y vieja.
Durante el juicio, la defensa de Pelaytay intentó instalar que había sido Susana quien lo agredió con el arma pero su versión se desmoronó y, acorralado por las pruebas, pidió un juicio abreviado.
El 15 de mayo de 2023, Pelaytay fue condenado a prisión perpetua. El triunvirato integrado por los jueces Celia Maldonado, Eugenio Barbera y Alberto Caballero, lo encontraron culpable y lo mandaron al Penal de Chimbas por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio).