Agustín López Morales tiene 20 años, vive en Chimbas y está estudiando para terminar el secundario. Al mismo tiempo, trabaja para una empresa repartiendo gas. Según cuenta, nunca había tenido problemas con la Policía hasta este lunes 17 de marzo cuando volvía de la casa de su novia y fue baleado, sin previo aviso y sin que nadie le dé la voz de alto.
Ahora, Agustín radicó una denuncia primero para que investiguen quiénes fueron los policías que dice que le que dispararon unas diez veces con balas de goma y contra otros dos uniformados de la Comisaría 17 a los que les pidió ayuda pero terminaron entrando a su casa por la fuerza y llevándose la moto que, con mucho esfuerzo, se había comprado hace tres meses.
"Venía por Benavídez y subí a Ruta 40, alcancé a hacer 300 metros en la moto y sentí un impacto en la espalda. Venían dos motos de policías, me toqué y tenía mucha sangre. Ni siquiera prendieron las sirenas, directamente me dispararon", relató el joven a Tiempo de San Juan.
Según el relato de Agustín, los uniformados nunca le hicieron cambio de luces, no prendieron una sirena, no hubo voz de alto ni nada que se le parezca. Lo único que supo es que le habían disparado porque se tocó la espalda y tenía la mano llena de sangre.
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"Ahí me empezaron a tirar la moto encima. Yo les decía 'por qué me hacen esto, si yo no he hecho nada', pero yo no me quería frenar del miedo que tenía", explicó.
El trayecto del joven siguió hasta la YPF de calle Centenario, donde bajó para pedirle ayuda a la playera, a la que también le pidió que le mire la espalda para ver cuántos disparos tenía y que llame a una ambulancia. Fue en ese instante que los dos motorizados que lo perseguían se fueron, sin dejar rastro, en lugar de intentar detenerlo o identificarlo en la bomba de nafta.
"Ahí me fui a mi casa, yo me sentía muy mal. Pero, en la YPF había una garita y el policía que estaba ahí llamó a otros policías que me los encontré recién cuando estaba llegando a mi domicilio en el barrio Santa María, Chimbas", detalló.
Esos policías a los que Agustín había ido para que lo ayuden, tampoco estuvieron ni cerca de socorrerlo y, en cambio, comenzaron otra persecución contra el joven, quizás pensando que se trataba de alguien que había robado una moto. Sin embargo, esa moto en la que circulaba, es de él y se la compró hace algunos meses.
"A ellos dos yo les grité que me habían disparado que me ayudaran, pero en vez de ayudarme también me querían tirar de la moto. Cuando llego a mi casa se meten al fondo, le pegan a mi prima. A mi casa llegaron un montón de móviles, camionetas, motos, se metieron, sacaron la moto de ellos que la habían tirado en el fondo de mi tía y, sin ningún permiso, sacan mi moto también y la suben al móvil y se van", relató.
A los diez minutos, cuando Agustín y su familia todavía seguían en shock por todo lo sucedido, tocó a su puerta el comisario de la Seccional 17: venía a pedirle disculpas, indicó. "Parece que creyeron que yo me había robado la moto. Me pidieron disculpas y me tomaron la denuncia ahí en mi casa, no querían que yo fuera a la Comisaría. Para mí ellos saben quiénes son los que me dispararon y yo tengo el cartucho de uno de los balazos de goma que me dieron", afirmó.
La moto de Agustín, sin embargo, sigue secuestrada en la Comisaría 17ma. Además, él fue este martes 18 y presentó una denuncia en la Fiscalía por abuso de autoridad y lesiones. El joven apunta contra los dos uniformados que le dispararon cuando iba por la ruta, pero también contra quienes se metieron a su casa por la fuerza y le llevaron la moto, en lugar de defenderlo.