Este viernes, el abogado penalista Gustavo Vila quedó en la mira de la justicia por un triple delito. A pesar de que quedó en libertad, fue imputado por estafa, usurpación y abusar de las necesidades de un incapaz en perjuicio de un excombatiente, identificado como Miguel Ángel Berenguer.
El fiscal Alejandro Mattar de UFI Genérica expresó cómo inició esta investigación. Todo inicia cuando Berenguer lo contrató a Vila para que se haga cargo de su defensa en un caso de abuso sexual y exhibiciones obscenas que investigó UFI CAVIG. El contrato que hicieron era que Berenguer le iba a dar el 50% de sus derechos hereditarios a Vila.
Según la denuncia que se radicó en la unidad fiscal, ahí es donde Vila habría empezado a aprovecharse de Berenguer. El abogado mandó a derrumbar -con una retroexcavadora- una construcción que su cliente alquilaba.
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El damnificado Miguel Ángel Berenguer cuando se sentó en el banquillo en la causa que había en su contra.
Pero eso no es todo, Vila nunca se hizo cargo de Berenguer. Es más, el excombatiente de Malvinas se salvó de la causa penal, fue sobreseído de la denuncia penal que tenía en su contra. En todas las audiencias fue asistido por la defensa oficial y no por Vila, el abogado que contrató.
Desde la Justicia también confirmaron que a pesar de que Berenguer firmó un documento diciendo que iba a darle el 50% de su herencia a Vila, nunca se inició la sucesión. Es decir que la herencia nunca la recibió.
El caso ahora entró en un proceso de investigación y la fiscalía tendrá un plazo de 6 meses. Mientras que el letrado Gustavo Vila empezará a ser investigado por los delitos de usurpación, estafa por engaño por suscripción de un documento y abuso de las necesidades de un incapaz (Artículo 174 inciso 3 del Código Penal).
Vila y su roce con la justicia en el 2016
El abogado Gustavo Vila fue detenido por personal policial en 2016. En su casa encontraron una camioneta Volkswagen Amarok que le había robado a un bioquímico en Villa Krause el 14 de abril y una moto Yamaha.
El abogado Vila estuvo preso porque no pudo justificar con papeles el origen de la camioneta. Como tampoco pudo justificar legalmente la pistola Bersa calibre 22 valuada en 9.000 pesos y las municiones que le secuestraron. Según fuentes policiales, sólo tenía un papel escrito a mano en el que un supuesto cliente le entregaba la camioneta Amarok en forma de pago de sus honorarios como abogado.
En mayo de ese año recuperó la libertad, tras estar 13 días preso, en esa ocasión el juez Benito Ortiz lo imputó por robo agravado por uso de arma de fuego en calidad de participe secundario.