A casi dos semanas del violento ataque contra un empresario bolichero, los tres bonaerenses sindicados como barrabravas de Racing, que habían sido detenidos por el hecho, se sentaron en el banquillo de los acusados en el inicio del juicio que se desarrolla en la justicia exprés. Acusados por los delitos de robo agravado por ser en poblado y en banda en grado de tentativa y por lesiones graves, en concurso ideal, los imputados afrontan una pena que va de los 3 años a 10 años de prisión. Sin embargo, para la resolución habrá que esperar.
Es que si bien estaba previsto que declarasen al menos 7 testigos, el proceso se suspendió hasta nuevo aviso por la falta de los antecedentes de los acusados. Este jueves por la tarde, en la sede de Flagrancia, los autores de la brutal golpiza contra Juan Manuel Salvalaggio, Carlos Daniel Ledesma, Mariano Ariel Rivero y Brian Emanuel Espinoza, se presentaron frente a la jueza María Gema Guerrero aunque todo quedó en stand by hasta que la información requerida a la justicia porteña arribe a la provincia.
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Fue por ese motivo que la magistrado del juicio, tras escuchar atentamente la acusación que les endilgó el fiscal Alberto Martínez, resolvió dictar un cuarto intermedio hasta la semana próxima, para cuando los registros penales de los implicados se conozcan. Los mismos serán claves para la graduación de la pena, en caso de que resulten condenados.
Los defensores habían instalado la hipótesis de una agresión por una pelea callejera, mientras que el denunciante se refirió a un intento de robo. Fue por ello que el Ministerio Público encuadró el hecho en ese mismo delito e impulsó el castigo. Alrededor de ello y frente a las declaraciones cruzadas, hubo especulaciones sobre el verdadero motivo de la embestida.
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El episodio se registró el viernes 11 de abril por la noche, en cercanías del Centro Cívico. Fue en la puerta de un edificio de calle Santa Fe, entre España y Salta, donde la víctima aseguró que los tres sujetos lo tomaron a golpes e intentaron llevarlo a su departamento para apoderarse de su dinero.
Como consecuencia de los golpes que le propinaron, al empresario dueño del boliche Quattro le provocaron fracturas en la nariz, en uno de sus pómulos y en la mandíbula. No llegaron a cumplir su cometido del asalto porque se resistió e intervinieron sus vecinos, que alertaron a unos policías que recorrían la zona y, por tanto, pudieron atraparlos en situación flagrante.
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A pesar de que los defensores César Jofré y Cristina Soriano plantearon la teoría de que fue un incidente callejero, circunstancial y que los bonaerenses no conocían a Salvalaggio, el fiscal Martínez se mantuvo firme con la acusación y, por tanto, afrontan una pena todavía mayor.
Acorde lo había expresado la defensa, Ledesma, Rivero y Espinoza -oriundos de la Provincia de Buenos Aires- llegaron a San Juan en busca de trabajo en la minería y se hospedaban en una casa del barrio Aramburu. Otras versiones hablaban que se habían reunido con hinchas de Desamparados y que, incluso, el ataque se trataba de un ajuste de cuentas. Sin embargo, la investigación exprés -al parecer- sólo se limita al hecho concreto y a la hipótesis de la tentativa de robo.
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