Un sanjuanino denunció que fue víctima de una estafa y, aunque creía que el caso podía conformarse en una causa y ser investigado, con el objetivo de que la persona responsable asuma las consecuencias del delito, la Justicia desestimó la denuncia por tratarse de un monto de dinero insignificante. Así lo asegura Leandro Villavicencio, quien relata que acudió a la fiscalía para plantear su situación y recibió una respuesta inesperada.
Acorde lo manifiesta, la empleada de un comercio copió los datos de su tarjeta de crédito y realizó una compra por casi $30 mil pesos. Sin embargo y pese a contar con pruebas que respaldaban su denuncia, explica que desde la fiscalía, más precisamente de la UFI de Delitos Informáticos y Estafas le negaron la posibilidad de investigar lo sucedido y el motivo habría sido lo poco que resultó el daño.
"Más allá del perjuicio económico real ocasionado a la persona denunciante, evidencia una situación objetiva de escasa significancia patrimonial, lo que autoriza al Ministerio Público Fiscal a prescindir de la acción penal, frente a otros hechos de mayor relevancia y complejidad, ante la necesidad de administración racional y eficiente de recursos públicos limitados", le habrían respondido desde la fiscalía.
Villavicencio dice que le contestaron que no había motivos para indagar al respecto. "Luego de analizar la materialidad del hecho típico contenido en la denuncia, considero que no existen razones de interés público preponderante comprometido, situación de grave conmoción social, o situación especial por la calidad del sujeto o lesión a bien jurídico especialmente tutelado que impida disponer de la acción penal en el presente legajo", habría continuado el argumento ante la negativa.
Además de calificar el hecho de "escasa significancia objetiva", el Ministerio Público le habría sugerido que convierta la acción gestionando de manera particular el conflicto penal en los términos que autoriza el Articulo 39 de la ley 1851-O, o bien promoviendo las acciones civiles tendientes a la reparación del conflicto primario.
El denunciante cuenta que supo de la maniobra cuando le llegó un correo de Mercado Pago, en el que le informaban que otra cuenta había utilizado su tarjeta Visa. Pese a haber bloqueado la misma, no pudo revertir la afectación y por ello él mismo recordó dónde había entregado el plástico. Fue por eso que terminó en el local comercial donde había realizado una compra, en la antesala.
En ese marco, acorde lo manifiesta el interlocutor, el propietario del negocio fue el único que tomó cartas en el asunto y lo que hizo fue despedir a su empleada.