La joven que apuñaló a otra en un camping de Pocito reconoció el delito que cometió y, en el marco de un juicio abreviado, su defensa acordó una pena menor tras la baja de la calificación. Se trata de Guadalupe Cornejo, quien estaba acusada de intento de homicidio y que afrontaba una dura pena, de 8 a 15 años.
Es por ello que, a través de la defensora Filomena Noriega, la imputada admitió su autoría en el ataque que tuvo lugar en el camping El Paraíso, durante los festejos de Año Nuevo, que dejó a una joven con serias heridas, y aceptó un castigo más leve. Con el fiscal Francisco Micheltorena, acordó 3 años de prisión condicional por lesiones graves dolosas, que le permitieron recuperar la libertad en el acto.
Desde que la acusada de propinarle al menos 4 puntazos a María Castro se entregó a las autoridades, el 9 de enero último, la agresora había quedado detenida y había sido trasladada al Servicio Penitenciario con prisión preventiva. En la audiencia de formalización, el juez de Garantías Gerardo Fernández Caussi le había dictado la medida coercitiva más gravosa por el término de 40 días.
Por ese motivo, Noriega pretendía acudir al Tribunal de Impugnación para cesar la prisión preventiva, aunque antes arribó a un acuerdo con el Ministerio Público. Es por eso que este miércoles por la mañana, en Tribunales, las partes sellaron el trato y el juez de Garantías en turno, Eugenio Barbera, homologó el mismo y dictó el castigo para Cornejo.
El violento episodio se registró en el camping ubicado sobre Calle 6, el 1 de enero, cuando la atacante se encontró con la víctima, con quien mantenía una tensa relación. Testigos afirmaron que se produjo una discusión, que hubo provocaciones de ambos bandos y que Cornejo la agredió con un arma blanca.
Si bien le causó varios cortes en el cuerpo, uno de los puntazos fue el más certero, pues fue a parar a la zona del tórax. Por el riesgo que representó herirla en un lugar de órganos vitales, la fiscalía le endilgó el delito de homicidio en grado de tentativa. No obstante, la mejoría de la víctima y la predisposición de la imputada a ponerle un punto final al proceso, reconociendo el delito, condujo la cuestión al juicio abreviado.