El frío es lo primero a lo que se refiere para describir su nuevo hogar. Pero a los -12 grados que ya tuvo que hacer frente, le pone el calor del entusiasmo que le generan las nuevas experiencias que vive allí. Francisco Lahti, el periodista que se desempeñó en distintos medios de la provincia contando las noticias del día a día sanjuanino se mudó hace un mes en Finlandia con un llamativo proyecto: cantar tango a la gorra en las calles Helsinki.
De padre finlandés, lo que le permitió obtener la nacionalidad del país del norte de Europa, Francisco siempre soñó con instalarse alguna vez en aquel lugar. “Mi papá, que era finlandés, vivía acá, en Helsinki. En 2005 él falleció y a mí siempre me había quedado como la cuenta pendiente de venir. Me había quedado como esa espina y, ahora, aquí estoy”, cuenta sobre su decisión.
Previo al viaje que emprendió hace casi un mes, Francisco estudió a la distancia las características del país. Y fue en medio de esa búsqueda que definió cuál sería su tarea allí. Después de haber pasado por el Coro Beruti, en el que aprendió de la mano de María Elina Mayorga, y sabiendo que en Finlandia no hay músicos callejeros, ideó su propuesta innovadora.
“Se me ocurrió armar un espectáculo en la calle y elegí el tango porque acá en Finlandia hay un género que es el tango finlandés, que es muy parecido al nuestro. Han tomado algunas obras nuestras y las han recreado a su manera, con más instrumentos pero un ritmo muy parecido. Así nació mi propuesta musical “Breaking the Ice”, que significa rompiendo el hielo. Por un lado, hace referencia al clima de este lugar. Y, por otro, a la cuestión social, porque los finlandeses son una sociedad bastante cerrada al principio y aquí hay mucho silencio, entonces la idea es generar un puente a través de la música”, comenta Francisco.
Con esa propuesta aterrizó en Finlandia, a donde viajó “sin boleto de vuelta”, según él mismo aclara. Y, ya en el lugar, pidió autorización a la Policía para hacer el show callejero, tomó su parlante y su micrófono, eligió una zona de la peatonal y comenzó a hacer volar su música. “Es un espectáculo muy simple. Por ahora canto sobre una pista, pero la idea es sumar después un guitarrista y algunos bailarines. Este es un comienzo”, confiesa.
Y entonces surge la pregunta, ¿cómo responde la gente? A la cual, Francisco responde: “Es extraño porque, al ser una capital, es bastante cosmopolita y se ve gente de todo el mundo, y te das cuenta de dónde es cada quien por la cuestión de si se acercan o no. Quienes colaboran y se quedan escuchando, por lo general no son de acá, pueden ser de Italia, de España o latinos. En cambio, los finlandeses o los alemanes, tienen una reacción diferente, colaboran y siguen de largo”.
En tanto que, sobre la recaudación, confía: “Durante los días de semana, en promedio, podés ganar entre 50 y 60 euros por hora. Y el sábado, que es cuando explota todo, podés sacar unos 500 euros si te quedás tres horas. Pero, con el frío que hace, estar ahí cantando tres horas es muy complicado, sobre todo por el impacto que tiene en la voz”.
Finlandia, bajo la óptica de un recién llegado de San Juan
Aunque no nació en San Juan, sino en Quequén (Buenos Aires), Lahti pasó gran parte de su vida en la provincia, donde se estableció, trabajó en gran cantidad de medios de comunicación y tuvo a sus dos hijos, quienes hoy tienen 16 y 5 años. Ahora, del otro lado del globo, vive en un entorno completamente diferente.
“Acá hace muchísimo frío en invierno y frío, en verano. Y eso está en el ADN de su gente”, es lo primero que Francisco describe del país de lagos congelados y destaca, “la calefacción es fundamental en cada lugar en el que estás y las ventanas tienen tres vidrios que funcionan como aislantes, de otro modo no se podría dormir”.
La otra característica principal del lugar es el idioma. El periodista dice que, incluso los finlandeses, aseguran que su idioma es el segundo más difícil del mundo, después del chino mandarín. Por eso, en aquel país todos manejan el inglés para poder comunicarse cuando les es necesario. Incluso, la cartelería contiene ambos idiomas.
Al idioma extranjero lo aprenden de modo obligatoria en las escuelas, bajo un sistema educativo público en el que los niños no se califican, sino que directamente aprueban o no un contenido. “Es muy distinto a nuestro sistema”, asegura al respecto Francisco. Y cita también en ese contexto el caso del transporte.
“El transporte público engloba todo, desde el metro a la línea de tranvías, el tren, los colectivos, taxis y el ferry. De ese modo, no es caro moverse y todos tienen la característica de ser híper puntuales, de hecho, los carteles te marcan los horarios de llegada con minutos y segundos”, resalta.
A través de ellos se puede recorrer la ciudad cuya estética describe como una mezcla muy interesante entre el estilo clásico, moderno y futurista. “Todo está unido aquí en Helsinki, que es la capital del país. Por ejemplo, hay edificios con una arquitectura muy parecida a la de los de Buenos Aires o Madrid, con estilo francés e inglés. Otros edificios con una estructura similar a la que se usa actualmente en las principales ciudades europeas. Y a eso se suma una arquitectura propia finlandesa, impulsada por un arquitecto de aquí llamado Alvar Aalto, cuyos edificios parecen casi transparentes por estar hechos con muchísimo vidrio, en los muros, techos y hasta en los ascensores”, narra Francisco.
En cuanto al costo de vida, señala que, más que allá de que los países del norte de Europa siempre son los más costosos, es posible ir encontrando precios convenientes. Sin embargo, los alquileres sí son caros. “De hecho, yo ahora estoy en un departamento muy pequeño, pero tengo que ver dónde consigo alquiler en una semanas. Creo que voy a tener que alejar un poco de la ciudad”, confía.
Pensando en la posibilidad de conseguir un trabajo para sumar a su propuesta artística, de ampliar su espectáculo y de poder darles a la oportunidad a sus hijos de elegir el mismo destino que él en el futuro, Francisco planea quedarse en aquel país lejano por mucho tiempo.