Carla Salvatore D’Ursi (42), la hija del capo narco Carlos Salvatore, condenado a 21 años de prisión por haber enviado toneladas de cocaína a Europa desde Chaco con éxito; fue hallada culpable este martes de haber lavado la enorme cantidad de activos que obtuvo el negocio de su padre con la droga en España y Portugal: le dieron 5 años de prisión en una causa paralela a “Carbón blanco”.
Licenciada en administración de empresas y martillera pública; la hija del capo narco fue condenada por el Tribunal Oral Federal de Chaco, luego de que en 2019, la Justicia la absolviera.
Fue el fiscal federal Federico Carniel, que investiga todo Carbón blanco desde el comienzo de la causa, quien apeló esa absolución y permitió que la Casación revisara el fallo y ordenara reiniciar el expediente.
Para Carniel, y para los jueces del Tribunal Oral Federal de Chaco que condenaron a la hija de Salvatore, la mujer participó del negocio ideado por su padre mediante la compra y venta de autos y viviendas, y que hasta depositó mucho dinero en su cuenta sin justificar los fondos.
A Carla Salvatore se le atribuyó en el juicio haber sido parte de una estructura organizada de lavado de dinero proveniente del narcotráfico, liderada por su padre, uno de los narcotraficantes argentinos con mayor poder y que murió, preso y enfermo, en 2021.
La investigación sostuvo que Salvatore hija habría funcionado como una pieza clave en el circuito de blanqueo de capitales, al prestar su nombre para constituir sociedades comerciales y cuentas bancarias utilizadas para canalizar fondos de origen ilícito.
De acuerdo con la acusación formulada por el fiscal, Salvatore figuraba como titular de varias empresas fantasma y propiedades adquiridas con dinero sin justificación legal, muchas de ellas ubicadas en el norte del conurbano bonaerense y en zonas estratégicas de Rosario.
La estructura, según la causa, habría funcionado como un “entramado societario y patrimonial” con el propósito de disfrazar el verdadero origen del dinero y facilitar su integración en el sistema económico formal.
Además de figurar como socia o administradora de estas sociedades, la imputación sostuvo que participaba de manera activa en el manejo financiero de algunas de ellas, a pesar de declarar en su defensa que solo actuaba de manera nominal.
Durante su declaración ante el tribunal, Carla Salvatore negó de forma categórica lo que le endilgaban y afirmó que las empresas a su nombre le fueron asignadas por indicación de su padre y otras personas de su entorno, bajo el supuesto de que eran emprendimientos familiares legítimos. “Yo no sabía lo que firmaba”, dijo ante los jueces.
Se presentó como una persona sin formación profesional ni conocimientos jurídicos o financieros, y sostuvo que su involucramiento fue meramente formal y sin voluntad criminal.
A lo largo de su testimonio, insistió en que fue utilizada por su entorno y que jamás participó en la gestión o el control económico de las empresas investigadas.
Aseguró, además, que nunca manejó dinero en efectivo ni realizó operaciones bancarias por fuera de su cuenta personal, que declaró tener desde que era adolescente.
La ahora condenada también apuntó contra los fiscales al afirmar que su procesamiento fue “una decisión basada exclusivamente en prejuicios y en su vínculo familiar”, y que se la juzgó por su apellido y no por pruebas objetivas.