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SUSCRIBITESergio Leiva se llamaba y estaba con prisión condicional desde 2019. Lo mataron en Tigre.
Sergio Orlando Leiva, más conocido como “El Negro Sombra”, uno de los secuestradores más temidos de la Argentina, fue asesinado a balazos este lunes por la tarde en un asentamiento de la localidad de El Talar, en el partido bonaerense de Tigre.
Leiva estaba en libertad condicional desde 2019 tras haber cumplido dos tercios de una condena unificada de 34 años de prisión por secuestros extorsivos y homicidios. Entre sus crímenes más resonantes se encuentran los secuestros de los padres del empresario Jorge “Corcho” Rodríguez y del exfutbolista Leonardo Astrada.
El ataque ocurrió en la intersección de Pasaje San Pablo y Marcos Sastre, en las inmediaciones de un asentamiento en la localidad de Talar de Pacheco. Tras ser baleado, fue trasladado a un hospital local, donde falleció horas después debido a la gravedad de sus heridas.
Las primeras investigaciones apuntan a una pelea con otros dos hombres, en el marco de un posible ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico, según informó el sitio SM Noticias. La causa está en manos de la UFI El Talar, mientras que la DDI de San Isidro y la Superintendencia de Seguridad AMBA Norte trabajan en la identificación de los responsables del crimen.
Sergio Leiva fue detenido por primera vez en 1998, cuando recibió una condena de tres años de prisión por tenencia de armas de guerra. Poco después, ingresó en el mundo de los secuestros extorsivos.
En 2003, su nombre cobró notoriedad cuando secuestró a Rubén Astrada, padre del exfutbolista y entrenador Leonardo Astrada. En principio, exigió 800.000 dólares como rescate, pero finalmente liberó a la víctima sin recibir ningún pago.
En enero de 2004, Leiva fue capturado en Tigre en el marco de la investigación por el secuestro de Ernesto Rodríguez, padre del empresario Jorge “Corcho” Rodríguez. La víctima estuvo 43 días en cautiverio hasta que fue rescatada por la Policía.
En 2005, la Justicia lo condenó a 21 años de prisión por los homicidios de Mariano Menéndez y Guillermo Lindon, cometidos en 2002. Además, en 2007, el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín lo sentenció a 23 años de cárcel por el secuestro de Mirta Fernández, quien estuvo cautiva durante casi un mes y fue liberada tras el pago de 430.000 pesos de rescate.
En los meses siguientes, el mismo tribunal lo condenó a 15 años por el secuestro de Rodríguez y a 11 años y seis meses por el secuestro del adolescente Francisco Hahner, de 16 años. En total, sus condenas sumaban 101 años de prisión, pero en 2016 se unificaron en una pena de 34 años.
A mediados de 2019, tras cumplir dos tercios de su condena, recibió el beneficio de la libertad condicional. Desde entonces, fijó domicilio en Tigre, donde debía respetar restricciones, incluyendo el uso de una tobillera electrónica, la cual seguía portando al momento de su muerte.