Sobre las 10 de la mañana llegó el ex presidente Alberto Fernández a Comodoro Py en lo que era la citación de indagatoria en la causa que lo tiene en la mira por violencia de género contra su ex pareja y madre de su segundo hijo, Fabiola Yañez. Sin contacto con la prensa, el ex mandatario optó por no responder a las preguntas y solo presentó un escrito.
La audiencia estaba prevista para las 11, pero Fernández llegó una hora antes acompañado de su custodia. La prensa presente que se encontraba haciendo la previa se topó con la sorpresa de verlo antes, pero no pudieron acceder debido al cordón policial.
El foco de la audiencia no solo estaría en el contenido de la indagatoria, sino en el trato que tendrían Alberto y el juez Federal Julián Ercolini. Sucede que se trató del primer encuentro tras los chats que difundió el ex presidente, como argumento a su solicitud para que el magistrado sea apartado de la causa.
Pese a lo que se presumía, quienes estuvieron presentes señalaron luego a la prensa porteña que no hubo cruces, indirecta ni malos modos, solo un clima tenso que reinó durante la hora que Alberto fue indagado.
Silvia Carreira, defensora de Fernández, presentó un escrito donde se rechazaron las acusaciones sobre violencia de género. Por su parte Alberto objetó que tanto Ercolini como al fiscal federal Ramiro González intervengan en la causa, señalando que debería pasar a la Justicia Federal de San Martín. Cabe destacar que este planteo se hizo en el pasado y el mismo fue rechazado.
Por otra parte, el ex presidente planteó que ambos habían sido recusados y que los rechazos no estaban firmes. Allí Fernández volvió a mencionar los chats con el juez que presentó ayer y volvió a plantear que necesita el celular que le secuestraron en la causa para poder defenderse.
Tras esto, se negaron tanto Fernández como su defensa a responder preguntas del fiscal como del juez. Ahora el juez Ercolini tiene 10 días para resolver si procesa, sobresee o le dicta la falta de mérito al ex presidente. Sin duda serán 140 días donde el foco estará puesto en la decisión que tome, ya que, si es procesado, sería la primera vez en la historia que un presidente de Argentina se encuentra vinculado a una causa judicial sobre violencia de género, detalle no menor teniendo en cuenta las políticas que se promulgaron y anunciaron con bombos y platillos durante la gestión de Fernández y que son fuertemente cuestionadas por Javier Milei y los suyos.