Un caso de falsificación de producto alertó a ANMAT en las últimas horas, tras la denuncia realizada por la marca Molinos. Se trata de un aceite de girasol que se distribuye bajo el nombre de la reconocida marca, pero no es un producto legítimo. Ante esto, desde la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica prohibieron su comercialización.
La denuncia fue realizada en el Instituto Nacional de Alimentos cuando desde la empresa detectaron que se vendía el producto con su nombre y estaba rotulado como “aceite de girasol libre de gluten”, supuestamente de la marca “Cocinero”.
Según informaron las autoridades, la falsificación se detectó en dos locales ubicados en la provincia de Buenos Aires. “El legítimo elaborador informó al Departamento Vigilancia Sanitaria y Nutricional de los Alimentos del INAL, que el producto investigado no es fabricado por la empresa, que desconoce su procedencia y contenido”, agrega el documento.
La compañía advirtió que es posible distinguir entre el producto original y el falsificado debido a claras diferencias en el envase. Por ejemplo, en el caso de la fecha de envasado, el producto auténtico utiliza el formato “día/mes/año”, mientras que el falsificado la indica en el orden “año/mes/día”.
Otra diferencia significativa se encuentra en la descripción del proceso de obtención del aceite. En el envase falsificado, aparece un error ortográfico en el texto, donde se utiliza la palabra “longrando” en lugar de “logrando”.
Mientras que el producto genuino incluye en su botella el número de molde de soplado, las siglas “PET” (que identifican el tipo de plástico utilizado) y el símbolo de reciclaje, el envase del producto falsificado no contiene ninguna de estas indicaciones.
Una de las diferencias más evidentes entre ambos productos radica en las dimensiones de la botella. El envase del producto falsificado es ligeramente más bajo que el de la versión original, una característica que resulta fácilmente perceptible al comparar ambos envases lado a lado.
Por último, la botella original es cristalina y resistente a los golpes, mientras que el plástico del envase falsificado es opaco y de fácil depresión en una superficie.
El producto falsamente rotulado también carece de registros sanitarios, lo que genera serias dudas sobre su origen y las condiciones bajo las cuales fue elaborado. “Por tratarse de un producto que no puede ser identificado en forma fehaciente y clara como producido, elaborado y/o fraccionado en un establecimiento determinado, no podrá ser elaborado en ninguna parte del país, ni comercializado ni expendido”, agrega la disposición mencionada.
En ese sentido, las autoridades prohibieron su distribución porque no se puede garantizar su trazabilidad, sus condiciones de elaboración o su calidad.
Fuente: Infobae