Un hombre de 22 años fue detenido y acusado de haber asesinado a la gerente de un banco, Aline Cristina Giamogeschi, de 31 años, en la localidad de Registro, en Brasil.
miércoles 26 de febrero 2025
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SUSCRIBITEPor el crimen detuvieron a un vecino, que posteriormente confesó el crimen. Investigan si la mujer fue también abusada.
Un hombre de 22 años fue detenido y acusado de haber asesinado a la gerente de un banco, Aline Cristina Giamogeschi, de 31 años, en la localidad de Registro, en Brasil.
La mujer fue encontrada muerta y desnuda en su habitación el martes y según la policía, el cuerpo de Aline mostraba signos de que había sido asesinada.
Además, se llevan a cabo peritajes para determinar si fue víctima de un abuso sexual, ya la mujer llevaba un vestido envuelto alrededor de su cintura, ropa interior en su pierna izquierda y presentaba manchas oscuras cerca de su región genital.
Aunque la Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo (SSP-SP) informó que la víctima estaba en su propia cama, el informe policial indicó que Aline se encontraba en el suelo. Según el documento, la cama estaba deshecha y alejada de la pared. Los investigadores no encontraron signos evidentes de lucha física.
Fue el hermano de Aline quien la encontró después de saltar el muro de la propiedad, en el barrio Jardim São Paulo, luego de que nadie lograra comunicarse con ella, y dio aviso a la policía.
Según el medio TV Tribuna, el sospechoso era vecino de la víctima y fue identificado tras el análisis de cámaras de seguridad.
El hombre fue detenido en el barrio Jardim São Paulo y llevado a la comisaría de Registro alrededor de las 19 horas de este martes (25). Según el sitio Metrópoles, el hombre confesó el crimen “con todo detalle”.
El sospechoso admitió haber actuado solo y sostuvo que tuvo una “relación” con la mujer antes de matarla. Según el oficial responsable de la investigación, Marcelo de Freitas, Aline fue asesinada por asfixia mecánica.
La policía cree que el sospechoso tenía un interés no correspondido en su vecina y que espiaba sus movimientos.
“Él vivía cerca de la casa y sabía de su rutina”, dijo el oficial. “Él sabía la hora en que se iba y volvía. Sentía por ella una admiración que no era correspondida y decidió cometer este grave delito”, afirmó Freitas.
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