Después de años de decadencia y un modelo de negocio que parecía estar fuera de sintonía con las nuevas demandas sociales, Hooters intenta renacer de sus propias cenizas. La icónica cadena de restaurantes estadounidense, famosa por sus alitas de pollo y la polémica estética de sus locales, anunció que superó la bancarrota y avanzará con una transformación profunda en su marca.
En marzo pasado, Hooters se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, una figura legal que permite reorganizar deudas sin cesar operaciones. Lejos de significar un cierre, la empresa ahora renace bajo la conducción de sus propietarios originales, quienes decidieron retomar las riendas del negocio con una premisa clara: adaptar el concepto a los tiempos actuales sin renunciar completamente a su esencia.
Fin de las "noches de bikini" y giro hacia un perfil más familiar
Uno de los cambios más simbólicos y llamativos es la eliminación definitiva de las denominadas “noches de bikini”, una estrategia de marketing que había sido duramente cuestionada en los últimos años. Con este gesto, Hooters busca dejar atrás una imagen anacrónica y avanzar hacia una propuesta más inclusiva y familiar.
“En algunos locales, el 65% de los clientes son mujeres y niños”, afirmó el CEO de la compañía, Sal Melilli, en una entrevista con Fox & Friends. “Estamos poniendo el foco en ofrecer un ambiente acogedor, con buena comida y un servicio de calidad”.
La empresa también anunció mejoras en el menú —con ingredientes frescos y de mayor calidad— y nuevos estándares de atención para su personal, especialmente para las meseras, que seguirán siendo parte del sello de la marca, aunque con una estética más moderada y profesional.
Qué implica la reestructuración y qué pasará con los locales
El proceso de reestructuración está respaldado por un Restructuring Support Agreement (RSA), que permitirá mantener todos los locales abiertos mientras se reorganizan las finanzas internas. Lejos de los cierres masivos, la apuesta es conservar la presencia física de la marca mientras se redefine su identidad.
“Queremos volver a nuestras raíces, cuando Hooters era un restaurante de barrio, comprometido con su comunidad”, explicó Melilli. Fundada en 1983 en Clearwater, Florida, la cadena busca recuperar el espíritu original con el regreso del grupo fundador.
Una nueva etapa con enfoque en responsabilidad social
Como parte de su nueva estrategia, Hooters quiere reforzar su imagen a través de iniciativas sociales. Entre ellas, destacan:
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Wings for Children, un programa que apoya la educación infantil.
Alianzas con instituciones como el Centro Oncológico Moffitt y la Fundación V, dedicadas a la lucha contra el cáncer de mama.
Acciones solidarias dirigidas a veteranos de guerra y personal de emergencia.
Patrocinio de ligas deportivas juveniles y actividades comunitarias.
¿El fin de una era o un nuevo comienzo?
La caída de Hooters era vista por muchos como un símbolo del fin de un modelo comercial que ya no se adaptaba a los tiempos actuales. Sin embargo, este intento de reinvención podría abrirle la puerta a una segunda oportunidad, con una propuesta más centrada en la experiencia gastronómica, el vínculo con el cliente y una imagen que apueste por la diversidad.
Ahora resta ver si este nuevo rumbo logra reconectar con el público sin perder la esencia que hizo de Hooters una marca reconocida a nivel global. Lo cierto es que, al menos por ahora, la empresa evitó el colapso total y busca reconvertirse para seguir siendo parte del paisaje comercial estadounidense.