Este sábado se realizó el funeral donde cerraron el ataúd del papa Francisco, en una ceremonia a la que asistieron unas 250.000 personas, según precisaron desde El Vaticano. Posteriormente, se trasladaron los restos de Sumo Pontífice hasta la Basílica de Santa María Mayor, el lugar que eligió para descansar y desde entonces, miles de fieles se hicieron presente para despedirlo.
Las primeras imágenes de la timba muestran la simplicidad del sepulcro que Francisco diseñó y eligió. Sobre el nombre con el que fue conocido durante su pontificado cuelga un crucifijo de plata iluminado por un único foco.
El difunto Papa fue enterrado en la iglesia -una de las cuatro basílicas más importantes de la capital italiana, que visitó regularmente durante su etapa como cardenal y pontífice- en una ceremonia privada tras su funeral público en el Vaticano el sábado.
La basílica se encuentra cerca del Coliseo, cerca de la bulliciosa y caótica estación central Termini, mucho más allá de los límites del Vaticano, donde tradicionalmente se entierra a los Papas. Su párroco principal había contado a un periódico italiano que el papa Francisco manifestó su deseo de ser enterrado allí en 2022, citando la inspiración de la Virgen María.
Tras el funeral público, el féretro del papa Francisco fue trasladado por Roma en una lenta procesión. Según las autoridades, 140.000 personas se alinearon en las calles, aplaudiendo y saludando mientras el coche fúnebre -el papamóvil blanco, adaptado para poder llevar el ataúd- cruzaba el río Tíber y pasaba junto a algunos de los monumentos más conocidos de Roma: el Coliseo, el Foro y el monumento nacional Altare della Patria en la Piazza Venezia.
Tras un periodo de luto, la atención se centrará pronto en la elección del próximo Papa.
Aún no se ha fijado la fecha, pero se cree que podría comenzar el 5 o 6 de mayo, con la asistencia de 135 cardenales, lo que lo convertiría en el mayor cónclave de la historia moderna.
Fuente: BBC