El Vaticano confirmó este lunes que el papa Francisco falleció a causa de un derrame cerebral, a los 88 años. El deceso del pontífice argentino se produjo a las 7:35 de la mañana (hora local) en su residencia de la Domus Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, según precisó el comunicado oficial.
“Certifico que Su Santidad Francisco (Jorge Mario Bergoglio), nacido en Buenos Aires (Argentina) el 17 de diciembre de 1936, falleció por un derrame cerebral, coma y colapso cardiovascular irreversible”, indica el parte médico firmado por Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado Vaticano.
Según informó la Santa Sede, el pontífice había atravesado previamente un cuadro de neumonía multimicrobiana bilateral, insuficiencia respiratoria aguda, bronquiectasias, hipertensión arterial y diabetes tipo II.
Francisco había sido dado de alta hace menos de un mes, luego de permanecer cinco semanas internado por una doble neumonía.
Sus deseos finales
En su testamento, hecho público tras su muerte, el Papa expresó su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, en una tumba sencilla, “sin decoración particular” y con la única inscripción de su nombre papal en latín: Franciscus.
“Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza… en la tierra, sencillo, sin decoración particular”, expresa el documento fechado el 29 de junio de 2022.
A lo largo del testamento, el Papa también manifestó su devoción a la Virgen María, a quien confió su vida y su ministerio. “Deseo que mi último viaje terrenal concluya en este antiguo santuario donde fui a orar al inicio y al final de cada viaje apostólico”, escribió.
Los gastos de su entierro, según detalló, serán cubiertos por una donación previamente acordada y administrada por monseñor Rolandas Makrickas.
Finalmente, Francisco pidió a los fieles que continúen rezando por él y ofreció su sufrimiento final “por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos”.