Importante novedad en el mercado inmobiliario de San Juan. En los últimos días se conoció que una histórica casa está en venta. El hogar perteneció a Eloy Próspero Camus, quien fue Gobernador desde mayo de 1973 hasta el marzo de 1976. El inmueble cuesta más de $350.000.000.
La venta está a cargo de Arévalo Inmobiliaria. La propiedad está ubicada en calle Ameghino casi Laprida -Capital-, a metros de Avenida Libertador. Cuenta con una superficie total de 685 metros cuadrados y una superficie cubierta de 322 metros cuadrados, publicó una reconocida página de compra-venta en San Juan. Se caracteriza por sus amplios espacios, ideales para una familia numerosa o quienes buscan comodidad y funcionalidad en su hogar. Entre sus principales características, destacan:
- Un gran living comedor, ideal para reuniones y momentos de convivencia.
- Biblioteca para los amantes de la lectura o para espacio de trabajo.
- Cocina comedor de generosas dimensiones.
- Cuatro dormitorios que garantizan el confort y la privacidad.
- Espacio para cochera.
- Dos garages, brindando comodidad y seguridad para los vehículos.
- Patio con pérgolas, perfecto para disfrutar del aire libre.
- Departamento independiente en el fondo, ideal para visitas o renta.
- Terraza espaciosa para múltiples usos.
Además, la casa cuenta con planos con final de obra, lo que garantiza su conformidad con las normativas vigentes. El valor de esta exclusiva propiedad es de 330.000 dólares -en $359.040.000, según la cotización oficial del lunes 17 de marzo-.
En los últimos años, la casa fue un local gastronómico y un multiespacio cultural, que llevó el nombre de "Eloy", en homenaje al exmandatario, fallecido en 1989. En la publicación, también mostraron fotos del interior del hogar, en la que aparecen documentos y cuadros históricos de la política nacional y local.
La casa de Camus y qué pasó cuando comenzó la dictadura de 1976
Esa misma madrugada del 24 de marzo de 1976 que dio inicio a la dictadura más cruenta que se recuerde, el gobernador peronista elegido tres años antes, Eloy Próspero Camus, estaba en Buenos Aires. Lo detuvieron y debió cumplir más de un año en distintos tipos de prisión. Pero hubo otros mandatarios que recibieron un mejor trato de los dictadores. Esas idas y vueltas de la Junta Militar con el destino de quien figuraba entre los nombres más respetados del peronismo de la época figuran en los archivos encontrados este año en un edificio militar.
La documentación fue rescatada por el ministro Agustín Rossi y presentada en seis tomos que reúnen todas las actas celebradas por la Junta Militar a partir de 1976. Pese a la ausencia de datos más profundos sobre las acciones clandestinas de los grupos de tareas, esta nueva información conserva un gran valor porque revela cómo se tomaban las decisiones en ese momento en las más altas jerarquías de facto y entrega el contenido de los temas y los debates entre los mandos militares que se habían apropiado de la administración del país. Es, por otro lado, el único archivo de datos que se conoce hasta ahora mientras se siguen buscando todos los que faltan.
Esas actas fueron entregadas la semana pasada por el ministro Rossi al gobernador José Luis Gioja, quien en aquel gobierno de Camus comenzó su experiencia como funcionario público en el área de vivienda. Y esa información entrega nuevos datos para conocer la suerte del gobernador sanjuanino en plena dictadura, algo que no figuró en la agenda informativa de esos días.
Camus fue trasladado inmediatamente desde el momento del golpe y alojado en una especie de prisión domiciliaria en su vivienda particular de la calle Ameghino al 102. Lo primero que revelan las actas recientemente descubiertas es que para la dictadura hubo hijos y entenados entre los gobernadores e interventores de la época: a algunos les tocó quedar en libertad, otros recibieron la posibilidad de quedar detenidos en sus casas y para otros fue cárcel común. Las diferencias en el trato, de acuerdo con estos archivos era “el grado de peligrosidad” de cada uno y el nivel de contacto “con elementos subversivos”.
De entrada, a Camus le tocó el lote intermedio. Según el acta número 9 del 14 de octubre de 1976, a Camus le corresponde “seguir en la situación actual”. Puede advertirse allí que hay una lista de gobernadores beneficiarios de la libertad (como el santafecino Silvestre Begnis, el chaqueño Deolindo Bittel, el jujeño Carlos Snopek, el neuquino Felipe Sapag) a quienes el acta les ratifica la situación de libertad. Ellos son los considerados menos peligrosos para los dictadores. Luego figura el caso del bonaerense Victorio Calabró, a quien le fijan una celda de lujo: toda la provincia de Bs. As. y la Capital Federal. Al mendocino Alberto Martínez Baca, sospechado de lo peor, le tocó el penal de Magdalena, en Buenos Aires. Y luego aparece el lote de los detenidos más blandos, o prófugos con alguna venia de que no lo buscaban demasiado. Allí aparece el sanjuanino Eloy Camus en la misma situación de su entonces colega cordobés, Raúl Bercovich Rodríguez, y los “prófugos” Raúl Lacabanne y el posteriormente célebre santiagueño Carlos Juarez. El riojano Carlos Menem no aparece en esta lista, pero luego su nombre surge en otra acta solicitando información sobre él: le tocó una cárcel de Formosa, donde nació su hijo Carlos Nair.
En cada uno de los casos, los gobernadores detenidos –en su gran mayoría peronistas o aliados, en virtud del triunfo de Perón en 1973- figuran junto a su status judicial: si tienen investigación de un juez, si están a disposición del Poder Ejecutivo de la Nación o si tienen sentencia de un tribunal militar. Lo curioso en el caso de Eloy Camus es que figura en condición de enjuiciado y a la vez a disposición del PEN, pero en realidad no estuvo nunca en ninguna de esas situaciones. Revelarían luego los juicios en San Juan que no hay causa federal contra Eloy Camus, ni se encontró nunca algún decreto del PEN que lo incluyera entre todos los que están en el Archivo de la Memoria. Estaba, en consecuencia y como tantos otros, por antojo y decisión discrecional.
La permanencia de Camus en su residencia de calle Ameghino no se extendería por mucho tiempo más. Para noviembre, el cerco se comenzó a cerrar aún más como consecuencia de los movimientos que veían los mandos militares y decidieron ajustar. Consta en el acta 35 de esa fecha que le dictara decidió modificar la Constitución Nacional (sí, así de sencillo, con una resolución) para suspender el derecho de opción en condición de estado de sitio para los que elijan irse del país. También pidió todos los antecedentes a los comandos en jefe y designó una “comisión asesora” para evaluar caso por caso a los detenidos.
A Camus le tocó empeorar, ese mismo noviembre fue trasladado de su casa al penal de Chimbas, bajo la acusación de haber estado protegiendo en su casa a un dirigente montonero. Fue en una situación hasta absurdo: mediante una nota manuscrita (que el periodista Luis Meglioli publicó) fue “invitado” a trasladarse a la cárcel por sus propios medios. En la cárcel permaneció la mayor parte del tiempo en la enfermería, que no es donde está ahora. Y allí estuvo hasta abril de 1977, más de un año después de su primera detención, cuando quedó en libertad. No hay registro, ni en las actas de la dictadura desempolvadas ahora después de mucho tiempo, ni en ningún otro documento público y tampoco en el archivo periodístico, de ese momento de su definitiva liberación.