En un país donde todo sube constantemente, de manera gradual o abrupta, que se anuncie una baja de precio, por más significativa que sea, resulta ser noticia. Hoy se conoció que YPF informó una baja del 4% en los precios a partir del 1 de mayo y esta novedad no fue bien recibida dentro del universo de los estacioneros. Si bien celebraron el anuncio, el análisis que realizan es pesimista.
Miguel Caruso, presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles de San Juan, aseguró a este medio que la confirmación surgida desde YPF no es positiva para un sector que no logra reponerse a los índices promedio de consumo. “Con la baja de precios nos va a tocar vender más litros para solventar los gastos que se tienen que cubrir”, enfatizó.
Por otro lado, aseguró que una baja del 4% en los precios que seguramente replicarán el resto de las petroleras no será significativo para incentivar el consumo, más si se tiene en cuenta que en el último año el incremento del combustible rondó el 30% interanual (de abril a abril).
La poca probabilidad de reactivación del consumo se suma el esfuerzo que deberán hacer las estaciones de servicio para contener los gastos, ya que los ingresos serán menores, pero las obligaciones continúan siendo las mismas. Es precisamente en este punto donde está el foco de la crítica que realizan desde la cámara local a la decisión de la petrolera estatal.
“La baja en el precio es una baja de rentabilidad. Esto nos puede perjudicar en el corto plazo, ya que necesitaremos más litros para solventar los gastos que no bajan. Estamos atrasados un 20%, que es el histórico. Para el sector la baja está lejos de ser positivo”, indicó el empresario.
Tomando como referencia los valores que figuran hoy en las pizarras, el combustible en YPF desde el 1 de mayo podría quedar de la siguiente manera:
- Nafta Súper: de $1.245 a $1.195
- Infinia: de $1.527 a $1.465
- Diesel 500: de $1.277 a $1.225
- Infinia Diesel: de $1.513 a $1.452
Si bien la baja no es significativa al bolsillo del consumidor, Caruso no descarta ver poco movimiento en las playas durante los próximos días, hasta después del primero, ya que es una práctica habitual del consumidor apostar al consumo una vez que los precios bajan.