Menos de un mes pasó desde la inauguración de los juegos del Parque de Mayo y este sector ya se convirtió en el gran boom del tradicional espacio verde de Capital. La zona lúdica no únicamente llama la atención de los más chicos, ahora también de puesteros que arribaron con un abanico de productos para vender.
Embed - El polo comercial que nació por los juegos del Parque de Mayo
Tiempo de San Juan visitó las atracciones y habló con los comerciantes para conocer los detalles de las ventas. Con precios que arrancan desde los $150, los vendedores contaron en un video los juguetes, golosinas y hasta materiales para ir a la escuela que ofrecen.
Mariela Cornejo vende copitos, pochoclos, manzanas acarameladas, jugos naturales y algodones de azúcar a $1.500 cada uno y las garrapiñadas a $2.000. Junto con Oscar, el encargado de los algodones, llegaban con sus mesas a eventos, fiestas y escuelas y ahora se abrió la posibilidad de llegar a los juegos. Eso sí, siempre respetando las normas de seguridad como el uso de guantes y matafuegos, entre otros. “Hay días que se vende más, hay días que se vende menos”, dijo. También contó que las familias se ajustaron por el inicio de clases y los días de mayor venta son durante los fines de semana.
“Hace tiempo vendo en el parque”, confesó Vanesa, quien asiste junto con su hija. Las chicas ofrecen juguetes, pelotas, bebidas -los dos productos más solicitados-, golosinas, mochilas y otros productos para la escuela: “Lo que la gente pide”. Con respecto a los precios, tiene el set de jardín en $3.000 -incluye la taza, el plato y la jabonera-, botellas en $1.000, pantalones escolares en $4.000 y las mochilas a partir de $10.000. Pese al calor de las tardes sanjuaninas, aseguró que hay buen consumo y los viernes, sábados y domingos son los mejores días.
Hace más de cuatro años que Facundo visita el pulmón verde para ofrecer churros con dulce de leche. El responsable del emprendimiento Coco Churros asiste todas las tardes y vende estas delicias a $600 la unidad, $3.500 la media docena y $6.500 la docena. “Con los juegos se abrió una nueva posibilidad”, afirmó.
Claudia Olmos se ubica en la zona 1 -para chicos de 2 a 12 años- junto con sus pizarras. La puestera ofrece hojas para colorear con pinturas. Los modelos son de personajes de Disney, Sonic, Minions, entre otros. “Los niños pintan y se relacionan con el mundo del arte”, contó. En la mayoría de los casos, cobra los dibujos a $1.000. Para la mujer, el domingo es el día de mayor demanda.
Lucas llega acompañado de su hijo. Vende muñecos tipo Lego a partir de los 6 años. ¿Los modelos? Tiene de Pokemon, Mario Bros, Harry Potter, Bob Esponja y Dragon Ball y los precios van desde $4.000 a $6.000. También tiene stickers de la Selección argentina y otras animaciones de $150 a $500. El objetivo del vendedor no es simplemente monetario, ya que busca que los niños se inclinen por los juguetes y dejen los celulares. “Son pocas las ventas, pero hay que hacerse conocer”, indicó.
En continuación con la línea de los chiches, Alexis tiene en sus meses juguetes antiestresantes, capybara, dinosaurios mordelones, trompos, autos de colección y demás, o “de todo un poco”, como él dice. Los precios arrancan desde $2.000, con los burbujeros, hasta los $45.000, valor que cuesta el dinosaurio que escupe fuego mientras camina. La venta es tradición familiar, iniciada por su tío y actualmente el muchacho se encarga de moverse por las diferentes plazas y fiestas de San Juan: “Hay días que se vende bien y otros que está normal”.