Tras la propuesta legislativa de eliminar la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) la principal entidad del vino del país –Bodegas de Argentina (BA)- que incluye a los establecimientos fraccionadores sanjuaninos- denunció en números parte de la discusión de fondo: la plata que pusieron las bodegas y el gobierno para sostener la entidad, sin que se hayan alcanzado los objetivos propuestos.
Entre el año 2004 que se creó y el 2020, la COVIAR insumió 230 millones de dólares en aportes privados y públicos, sin que se hayan alcanzado las metas del Plan Estratégico vitivinícola para el que fue creada, según denuncio BA.
Millones de dólares
De ese monto, el aporte que hizo San Juan para mantener la COVIAR ronda los 52 millones de dólares. Al cambio oficial hoy representan nada menos que 61.880.000.000 de pesos en 16 años.
La cuenta surge, a grandes rasgos; del aporte de entre el 20% y el 25% a la producción nacional de uva que realiza la provincia de San Juan, según fuentes del sector. De ese porcentaje de producción se elaboró vino y mosto y después se fraccionó. Puede suceder que se elaboró en San Juan y se fraccionó en Mendoza, por lo tanto, se paga allá el aporte a la COVIAR. O al revés. “Pero estimativamente, es una cifra bastante aproximada”, señaló un referente de la industria.
La cifra ha generado gran malestar entre los productores de vino y las bodegas fraccionadoras sanjuaninas, que al igual que la entidad que las agrupa, cuestionan la efectividad de la entidad para cumplir con sus metas.
El talón de Aquiles de la COVIAR
Según las cuentas que desgrano BA en su comunicado difundido el lunes 28 de abril, los aportes totales fueron 230 millones de dólares. De ellos, 100 millones de dólares fueron del sector privado y 130 millones de dólares, del sector estatal. La entidad bodeguera que apoya la eliminación de la COVIAR informó que los montos fueron determinados a partir información de presupuestos de la Corporación y el tipo de cambio promedio de cada año.
Y denunció que pese a esos aportes -que son obligatorios para toda la industria vitivinícola- se gastaron sin alcanzar el posicionamiento internacional, comercial ni productivo para los cuales se realizaron los pagos.
Segun el Plan Estratégico 2020 de COVIAR, se debían alcanzar ventas vitivinícolas por U$S 2.000 millones, participar con un 10% del volumen de las exportaciones mundiales y lograr la valoración y el reconocimiento de los consumidores.
Sin embargo, denunciaron que nada de esto se cumplió. La participación en volumen mundial al año 2020 fue del 3,7% en lugar del 10%, las exportaciones alcanzaron solo los U$S 791 millones y hubo una caída del 30% del consumo per cápita en Argentina.
Iniciativa legislativa
La polémica estalló cuando el diputado del PRO Damián Arabia, cercano a Patricia Bullrich, presentó para su tratamiento en la Cámara baja un proyecto de ley que tiene un único artículo que establece la derogación de la Ley 25.849 que creó la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) en 2004, durante la presidencia de Néstor Kirchner.
La propuesta va en línea con la desregulación que impulsa el gobierno de Milei para bajar los costos de las empresas privadas, ya que todo el esquema de la Coviar se financia con aportes que las bodegas deben realizar en forma obligatoria.
En San Juan, los detractores de la COVIAR señalan como “imposible” cumplir las metas para las que fue creada la entidad. “La necesidad de una firma mostera no es la misma que la de una pasera y llevado al ámbito bodeguero, lo que necesita una bodega como Sierras Azules no es lo mismo que una Fecovita. El fin es loable, pero es imposible cumplir con tamaña responsabilidad”, señalan en el sector industrial.
En resumen, la COVIAR se encuentra en una situación crítica, con las bodegas y productores de vino cuestionando su efectividad y eficiencia. La propuesta de eliminarla ha generado un debate intenso sobre el futuro de la industria vitivinícola en Argentina.