El Clásico Cuyano siempre promete algo más que fútbol, y esta vez no fue la excepción. Este domingo, en el Estadio Hilario Sánchez, cuando San Martín y Godoy Cruz se midieron por el Torneo Apertura de la Liga Profesional, un sorpresivo trapo apareció en la tribuna popular: la imagen de dos hinchas tombinos al borde de las lágrimas, con una leyenda lapidaria que decía “Te dejamos sin final”.
La bandera no fue casual. Tocó una fibra sensible en la memoria de todo Godoy Cruz: el recuerdo del 26 de mayo de 2016, cuando el Tomba llegaba a San Juan con la ilusión intacta de meterse en la gran final del campeonato. Sólo dependía de sí mismo, pero el Verdinegro se encargó de pincharle el globo. Aquella tarde inolvidable, San Martín ganó 2-0 y dejó al equipo mendocino sin la chance de disputar el primer título de su historia.
El partido fue pura tensión. San Martín salió a presionar alto, dominó desde lo anímico y desde lo táctico. Escudero abrió el marcador tras un tiro libre mal defendido, y el estadio estalló. Luego vino la expulsión del Morro García, el travesaño que salvó a Ardente tras un cabezazo de Ayoví, y finalmente el contragolpe que terminó con el gol de Ezequiel Montagna. Un gol que quedó grabado en la memoria verdinegra como uno de los más dulces de su historia.
“Ese gol lo soñé y se dio”, dijo Montagna después, mientras el gesto de Ayoví, caliente por la derrota, se convertía en escándalo y le valía tres fechas de suspensión.
Años después, el recuerdo sigue vivo. Y el trapo fue un dardo directo al orgullo tombino. Porque en el folklore del fútbol, hay cosas que no se olvidan. Y hay heridas que duelen más cuando te las recuerdan justo antes de jugar.