El mundo del boxeo está de luto por la partida de una de sus más grandes leyendas. George Foreman, dos veces campeón mundial de los pesos pesados y medallista de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968, falleció este viernes 21 de marzo a los 76 años. La noticia fue confirmada por sus familiares a través de un comunicado en redes sociales.
“Con profundo pesar, anunciamos el fallecimiento de nuestro querido George Edward Foreman Sr., quien falleció en paz rodeado de sus seres queridos. Predicador devoto, esposo, padre amoroso y bisabuelo orgulloso, vivió una vida marcada por una fe inquebrantable, humildad y propósito”, expresaron sus seres queridos en el mensaje difundido.
El comunicado resaltó que Foreman será recordado no solo por sus logros en el ring, sino también por su carácter y valores. “Humanitario, olímpico y dos veces campeón mundial de peso pesado, fue profundamente respetado: una fuerza para el bien, un hombre de disciplina y convicción, y un protector de su legado”, añadieron.
La familia pidió privacidad mientras honra la memoria del exboxeador. “Estamos muy agradecidos por las muestras de cariño y las oraciones, y pedimos respeto para recordar la extraordinaria vida de un hombre al que tuvimos la bendición de llamar nuestro”.
George Foreman: una leyenda del boxeo
La noticia del fallecimiento de Foreman provocó reacciones en el mundo del deporte. La World Boxing Association (WBA) expresó su pesar en redes sociales: “Lamentamos el fallecimiento de uno de los pesos pesados más grandes de todos los tiempos, el incomparable George Foreman. El mundo del boxeo está de luto”. Además, el excampeón Mike Tyson también se sumó a las condolencias: “Nuestro más sentido pésame a la familia de George Foreman. Su contribución al boxeo jamás será olvidada”.
Nacido el 10 de enero de 1949 en Marshall, Texas, Foreman dejó una huella imborrable en el deporte. Con un récord profesional de 76 victorias y 5 derrotas, de las cuales 68 fueron por nocaut, su carrera fue una de las más impresionantes en la historia del boxeo.
Desde joven mostró un talento excepcional en el cuadrilátero. A los 19 años, ganó la medalla de oro olímpica en México 1968, un logro que marcó el inicio de su ascenso en el pugilismo. Un año después, debutó profesionalmente venciendo a Donald Walheim por nocaut en el tercer asalto.
El ascenso y la caída de un campeón
En 1973, Foreman alcanzó la cima al derrotar a Joe Frazier en Kingston, Jamaica, y consagrarse campeón mundial de los pesos pesados. La pelea, finalizada en el sexto asalto, sigue siendo recordada como una de las más impactantes del boxeo.
Sin embargo, su reinado sufrió un duro golpe en 1974, cuando enfrentó a Muhammad Ali en el histórico combate “The Rumble in the Jungle” en Zaire (hoy República Democrática del Congo). Foreman, invicto hasta ese momento, cayó por nocaut en el octavo asalto, perdiendo el título mundial. Años más tarde, aseguró que su derrota estuvo influenciada por un incidente con una bebida sospechosa antes del combate. “Fue el momento más vergonzoso de mi vida”, reconoció en sus memorias.
Tras aquella derrota, Foreman se alejó del boxeo en 1977, experimentando una transformación espiritual que lo llevó a convertirse en ministro cristiano. Durante una década, estuvo retirado del ring, dedicando su vida a la fe y al trabajo comunitario.
Un regreso histórico
En 1987, a los 38 años, George Foreman sorprendió al mundo al regresar al boxeo. Pese a las dudas sobre su rendimiento, demostró que su poder seguía intacto. En 1991, disputó el título mundial ante Evander Holyfield, aunque cayó por puntos. En 1994, volvió a pelear por la corona y, con 45 años, venció a Michael Moorer por nocaut, convirtiéndose en el campeón más longevo de los pesos pesados.
Finalmente, se retiró en 1997 tras perder contra Shannon Briggs. Su legado quedó sellado en la historia del boxeo, siendo reconocido como uno de los mejores pesos pesados de todos los tiempos.
Hoy, el mundo despide a una leyenda del deporte, cuyo impacto trasciende el ring. George Foreman no solo será recordado como un campeón, sino como un hombre de fe, determinación y perseverancia.