"Los clásicos se ganan". Parece una frase hecha, una más del manual futbolero. Pero San Martín la entendió a la perfección. En un partido cargado de necesidad, el Verdinegro se quedó con el clásico cuyano tras imponerse 1-0 ante Godoy Cruz en el Estadio Hilario Sánchez, por la penúltima fecha del Torneo Apertura. Sin dudas un triunfo que vale oro: cortó una racha de cinco derrotas consecutivas y le devolvió la sonrisa a todo Concepción.
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Después de seis años, el equipo sanjuanino y mendocino volvieron a cruzarse en Primera División. Y el que festejó fue el Santo. El héroe del día fue Franco Toloza, que a los 33 minutos del primer tiempo conectó de cabeza tras un rebote en la segunda jugada de un córner y desató el festejo de todo el estadio. Un gol, un desahogo, una alegría contenida que explotó con fuerza en las tribunas.
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Más allá del gol, el encuentro fue trabado, friccionado y con poco vuelo futbolístico, como suele suceder en este tipo de choques. Pero los dirigidos por el Pipo Romagnoli supieron aprovechar una de las pocas claras que tuvo y luego resistió con alma y corazón para quedarse con el clásico y, de paso, volver a creer.
El equipo sanjuaninop consiguió su segunda victoria desde el regreso a la máxima categoría, y la primera bajo la conducción del ex San Lorenzo. Llegaba último en la Zona B, en crisis y sin respuestas, pero el clásico lo cambió todo: con una victoria que sirve de envión anímico en la recta final del torneo, con la permanencia como gran objetivo.
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Por el lado de Godoy Cruz, la derrota duele por duplicado. No solo cayó ante su histórico rival, sino que también complicó sus chances de meterse en los playoffs. Ahora, el Tomba quedó noveno y está obligado a ganar en la última fecha ante Atlético Tucumán, el lunes 27 de abril, y esperar una serie de resultados para clasificarse a la segunda fase eliminatoria.
Porque sí, los clásicos se ganan. Y San Martín, después de mucho tiempo, volvió a entenderlo como se debe: con alma, con corazón y con una victoria que vale más que tres puntos.