Cada departamento de San Juan tiene su historia, sus maneras de hacer de la comunidad y costumbres, algunas que suelen permanecer en el tiempo, otras que se van quedando en el camino. Dentro de esas costumbres se ubica “Rivadavia en Colores”, la fiesta departamental que desde su nacimiento hasta la fecha ha pasado por varios cambios y adversidades.
Nació en 2009 y en aquel entonces, bajo la gestión de Elías Álvarez se llamó “Fiesta de las 2 Puntas”, pero solo se mantuvo de esa manera durante dos ediciones, para posteriormente llamarse “La Fiesta de la Empanada”, cuando la conducción del departamento estaba en manos de María López.
Sergio Miodowsky, actual intendente de Rivadavia, recordó con Tiempo de San Juan lo que fueron esas primeras celebraciones y la importancia que tenían para el departamento, además de la convocatoria que registraban en su momento. Pese a ello, esta festividad no lograba sostenerse en el tiempo.
Cuando Fabián Martín estuvo al mando del departamento, nuevamente volvió a cambiar de nombre, para adoptar la denominación que tiene actualmente: “Rivadavia en Colores”.
La celebración que realizarse dentro del marco del Carnaval nació como tal en 2016, y se hacía en lo que se conocía por aquel entonces como el “Predio Punta de Rieles”. Durante esa primera edición se calcularon alrededor de 20.000 personas disfrutando de la fiesta en donde no faltó el polvo de colores y el show de Kings of Banana y Pijama Party.
Al año siguiente se apostó por la presencia de una artista de nivel nacional. Karol Sevilla, quien protagonizaba Soy Luna, llegó hasta Rivadavia para ser el atractivo principal en un escenario cargado de talento local y provincial.
Para el 2018 hubo un cambio de locación, siendo El Pinar el escenario elegido para una nueva edición que tuvo como plato fuerte la presentación de Los Nocheros. El año 2019 llegó con la cuarta edición consecutiva de esta fiesta que sin duda había llegado para quedarse. A diferencia de las denominaciones anteriores, lograba sostenerse como símbolo de identidad dentro del departamento.
Con El Pinar nuevamente como espacio elegido, Soledad era la estrella convocante del momento y hasta una maratón participativa se había programado para la ocasión. Con el 2020 a la vuelta de la esquina, Rivadavia se estaba “haciendo los rulos” como quien dice para la quinta edición de la fiesta que le daba vida a la comunidad, pero un factor externo truncó todo. La pandemia provocó un parate obligado en todo el mundo y así el evento se quedó en veremos.
“El año pasado la quisimos volver a hacer y no pudimos. Este año la hacemos de manera austera, articulando lo público y lo privado, trabajando en conjunto con empresas. Va a ser con mucho amor, con mucho cariño, para que vengan las familias”, comentó el jefe comunal que, entendiendo la importancia de la fiesta, decidió mantener el nombre del evento.
Miodowsky asegura que en cada barrio que visita o sector del departamento que recorre es algo que la gente le pide. “Es una fiesta instalada en los vecinos. Y es bueno darle un marco de festejo, de encuentro. Queremos que sea una fiesta de la familia, que se desarrolle en marco de amistad”, dijo el jefe comunal.
Actualmente la fiesta regresó a su hogar, que también cambió de nombre, ya que el Predio Punta de Rieles mutó para ser el Parque de Rivadavia. Con una nueva edición tras un impase de seis años, el objetivo de Miodowsky es que la fiesta se sostenga en el tiempo como un símbolo más que identifique a los rivadaviense.