Nació en la diminuta localidad santafecina de Tortugas, al límite con Córdoba, pero es tan angualastino como el vino patero que lo terminó cautivando. Aldo Ramón Valinotti hecho raíces en la tierra del cacique Pismanta hace un puñado de décadas atrás siguiendo al pie de la letra lo que dictaba su corazón.
Su infancia, adolescencia y un tramo de su adultez las disfrutó rodeado de verdes extensiones sojeras y trigueras, pero un viaje para visitar a un hermano, al cual el amor llevó al pie de la cordillera, le terminó cambiando el destino.
“Yo tengo un hermano que tiempo atrás vino a estudiar Ingeniería en Minas a San Juan y conoció a una chica con la que se casó y terminó armando una familia aquí en Angualasto. En noviembre del 2000 tomé la decisión de venir a visitarlos por una semana y me terminé quedando yo también. Ya voy a llevar 25 años instalado en esta tierra”, indicó don Aldo.
Continuando con el desglose de las bondades que a su entender se esconden en Angualasto, el santafesino dijo: “A mí me encantó el lugar, es muy bonito y la gente es muy buena. La persona que aún no ha tenido la suerte de venir, se está perdiendo un paraíso”.
“Gracias a Dios conozco toda la provincia y cada rincón de Iglesia, y para mí Angualasto es lo más lindo. Para donde una mira se encuentra algo para admirar. Además, cuenta con una clima muy especial. Si bien en verano durante el día la temperatura puede llegar a los 30° -incluso en la semana de la ola de calor llegó a los 35°-, una vez que se va el sol refresca y hasta por ahí hace falta una camperita. Yo me he enamorado del pueblo. No me he enamorado de una mujer y por eso sigo soltero, pero sí soy un enamorado de Angualasto ”, añadió Valinotti.
A mí me encantó el lugar, es muy bonito y la gente es muy buena. La persona que aún no ha tenido la suerte de venir, se está perdiendo un paraíso A mí me encantó el lugar, es muy bonito y la gente es muy buena. La persona que aún no ha tenido la suerte de venir, se está perdiendo un paraíso
El vino patero, un solo corazón
En cuanto a su vínculo con el vino patero, una de las estrellas de estas latitudes cordilleranas, el tortuguense relató cómo lo cautivó: “El vino patero es lo mejor que hay. La verdad que yo no lo conocía y hasta terminé haciendo mi propio vino patero. Si bien hay que decir que ahora no se hace de la manera tradicional de pisar la uva, Angualasto al ser una zona con gran amplitud térmica permite que la uva llegue casi a 16 grados de baumé, es decir de azúcar. Eso no pasa en ninguna otra parte de San Juan”.
“Además, a diferencia de los vinos de bodegas, aquí los vinos son naturales, no se utiliza ningún aditivo químico”, expresó don Aldo, quien en el 2006 fue elegido como presidente de la Comisión Organizadora de la Fiesta Departamental del Vino Patero.
“En aquel entonces había un intendente en Iglesia que era de Angualasto y se había percatado que todos los distritos de Iglesia tenían su fiesta y este no, entonces decidió crear la Fiesta del Vino Patero. Yo siempre intenté hacer algo por el pueblo y cuando me propusieron estar al frente de la comisión que se creo, le dimos para adelante. Se hicieron todos los papeles hasta que logramos la personería jurídica y desde ahí la organizamos durante 13 años seguidos. Después vino la pandemia y se cortó, pero por suerte ahora hay un grupo de jóvenes que han asumido esa responsabilidad y eso es muy bueno para todos los angualastinos”, remató este angualastino nacido en Santa Fe.