Son 217 los kilómetros que separan a Angualasto (Iglesia) de la Ciudad de San Juan, pero bien merecen la pena para descubrir un pequeño paraíso con unas cuantos tesoros que asombran. Está aún más al norte de Rodeo y cuenta con paisajes que sorprenden por su verde prácticamente a lo largo de todo el año, con las montañas como testigos de lujo.
Enclavado a 1.700 metros sobre el nivel del mar, tiene una historia muy ligada a los incas y a la cultura Angualasto propiamente dicha. El vino patero emerge como otro puntazo a favor, pero son distintos lugares los que terminan conquistando a los visitantes, al punto tal que generalmente suelen repetir acompañados por nuevos coleccionistas de lugares inolvidables.
El Mirador del Indio
Muy pegado al centro del pueblo, por una bien señalada huella de ingreso para ascender y otra para descender, se puede acceder al Mirador del Indio. Desde allí se puede contemplar el imponente paisaje de todo Angualasto, como así también la estatua en honor al Cacique Pismanta, ícono de la cultura Angualasto. Dicha imagen está realizada en hormigón armado y lleva la firma del escultor Miguel Ángel Sugo. Tiene tres metros de alto y un peso que ronda las dos toneladas.
Un galería de arte a lo largo del pueblo
Captura de pantalla 2025-03-04 180150.png
Desde la entrada principal hasta la otra punta del pueblo, las puertas y ventanas de la mayoría de las casas exponen pinturas alegóricas a la cultura Angualasto o hacia elementos tradicionales de un pueblo dedicado a la agricultura y la cría de algunas especies. Tal galería de arte nació de una idea en conjunto con la Universidad Nacional de San Juan de poner en valor el legado de los pueblos originarios en este pueblo que en la actualidad cuenta con unos 600 habitantes.
Capilla de Nuestra Señora de Andacollo
Ubicada junto a la plaza principal de Angualasto, la Capilla de la Virgen de Andacollo se muestra humilde, pero siempre atenta a recibir a quienes la quieran visitar. En el ala norte, los visitantes pueden disfrutar de mesas y sillas bajo una amplia sombra y hasta algún parrillero por si la cita en familia y amigos se completa con un asado.
Museo Arqueológico Luis Benedetti
En el supuesto caso de que no haya sido suficiente el relato de los habitantes de Angualasto sobre el origen de su pueblo y el fuerte lazo con la cultura homónima y hasta con la Inca, existe la posibilidad de redondear una visita perfecta en el Museo Arqueológico Luis Beneditti. Es pequeño, pero en su diminuto edificio se pueden encontrar distintos vestigios de la rica historia de este rincón iglesiano, en la que destaca la momia que se descubre a pedido del visitante. Está abierto todo el año, entre las 9:30 y las 17:30.
Río Blanco
Hacia el norte, como quien sale del centro de Angualasto rumbeando hacia Buena Esperanza, se llega al cruce con el Río Blanco. Esta temporada ha contado con más lluvias de lo habitual y se fue constatar en el caudal que presenta este río que tiene su origen en la Cordillera. Además, su paso queda perfectamente identificado por la vegetación que va alimentando y manteniendo a su paso.