La uva, el vino y Caucete siempre fueron de la mano y tienen unas cuantas historias y anécdotas para contar. Tiempo de San Juan extrajo cinco a modo de homenaje de una celebración que disfruta todo el departamento, la Provincia y el país.
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SUSCRIBITECaucete disfrutó este fin de semana de su fiesta más querida, la cual encierra unas cuantas anécdotas y curiosidades que no se pueden dejar pasar
La uva, el vino y Caucete siempre fueron de la mano y tienen unas cuantas historias y anécdotas para contar. Tiempo de San Juan extrajo cinco a modo de homenaje de una celebración que disfruta todo el departamento, la Provincia y el país.
Antes del Golpe Militar del 1976 y el continuo gobierno de facto, en el departamento del Este sanjuanino se celebraba la Fiesta de la Vendimia. La dictadura también encerró la festividad del pueblo caucetero, hasta que en 1986, el entonces intendente Prof. Rodolfo Araya, decidió que ya era hora de devolverle a la gente su fiesta más alegre y representativa.
Algunos entreveros políticos, económicos y hasta una pandemia provocaron la suspensión de esta celebración en distintas épocas, pero la llama y el sentimiento del pueblo caucetero por su fiesta siempre se ha mantenido activa. Este fin de semana se vivió y disfrutó la 25ª edición, a la que no le faltaron la música, los brindis y el calor de la gente.
Volviendo al puntapié inicial, el profesor Araya, aprovechando el entusiasmo del momento, decidió que el objetivo de la primera edición de la refundada Fiesta Provincial de la Uva y el Vino fuese destinar todo lo recaudado para la compra del libro ‘Campanita’ para todos los niños del departamento que iban a empezar el primer grado de primaria.
Se celebró del 13 al 16 de marzo en el Club Centro Impulso y fue todo un éxito. La uva, el vino y Caucete volvieron a hacer chocar sus copas y fueron testigo de la sorprendente elección de la reina: la pocitana Adriana Busso, quien había llegado como reina invitada, resultó ganadora tras un inédito triple empate con otras candidatas de Caucete.
Busso tuvo el honor de portar por primera vez la corona realizada por Víctor Novre, un orfebre portugués radicado en la Ciudad de San Juan. Este atributo, según narran los más memoriosos, fue utilizado hasta 1995 por Vanina Alejandra Torrent, quien fuese la última reina de esta fiesta antes de que por problemas de fondos se dejase de realizar. En 2001, con Emiliio Mendoza ya como intendente, regresó la elección de la Reina a la fiesta de los cauceteros, pero, tras el paso de los años y la intervención de muchas personas en la organización del evento, nadie pudo dar con el paradero de la corona ni del cetro original.
Otro punto de inflexión en la historia de la Fiesta de la Uva y el Vino fue el paso protocolar de Fiesta Provincial a Fiesta Nacional. Ocurrió en abril de 1991 cuando el Ente Nacional de Turismo (ENATUR), gracias las gestiones del entonces intendente Luis Esteso Garrido, le otorga tal reconocimiento. De esta manera, la 7ª edición, en marzo de 1992, fue la primera con el nuevo traje. El padre Mariano Ianelli fue el encargado de repartir la bendición sobre herramientas de labranza, frutos y familias -otro momento muy especial y tradicional de esta fiesta- y pidió al Señor por un año próspero.
Una enorme cantidad de artistas de todos los estilos han pisado el escenario central de la Fiesta Nacional de la UVA y el Vino, la cual desde hace unos cuantos años ya cuenta con su predio oficial. Siempre hubo lugar para las propuestas locales, provinciales, nacionales y hasta en alguna ocasión internacionales, y con las estadísticas en las manos hay que decir que Ulises Bueno fue el plato principal más convocante. Ocurrió en las semanas previas al confinamiento que provocó el Covid 19. En las noches previas de ese marzo histórico, el cuartetero cordobés puso a bailar a 65 mil personas en una inolvidable noche caucetera.